Por Edgardo Cabrera

El candidato del PT al Senado, Rodrigo Cuahutle es el único de los cuatroteístas que tiene ganas de competir y por eso hace campaña, gastando suela y con un discurso que ha sorprendido, por el hecho de ser empresario exitoso. Es alcalde de Teolocholco con licencia y no ha tenido pelos en la lengua para pedir a los simpatizantes de la 4T que voten por él, porque no vive de la política ni busca el cargo para hacerse rico por lo que apela a escoger cuadros nuevos.

El petista es proveedor de la trasnacional armadora de vehículos Mercedes Benz, se dedica a elaborar interiores, tapicería principalmente, y su empresa tuvo que competir con muchas más del país y el mundo para ser contratada, por ello cuando habla de modus vivendi y de salir de la pobreza, porque su cuna es humilde, sabe lo que dice. 

Y eso debe calar hondo entre la casta privilegiada de Morena, esos que hablan de primero los pobres y el pueblo, pero donde los dos senadores por Tlaxcala no quieren soltar el hueso, se aferraron a la reelección, siguen cobrando puntualmente sus jugosas dietas, porque no pidieron licencia, siguen pegados a la ubre, y ¿cómo no?, si solamente la paisana Ana Lilia en su carácter de presidenta de la Mesa percibe poquito menos de 1 millón de pesos mensuales.

De acuerdo con la información oficial, adicional a los 119 mil pesos de dieta como senadora, se embolsa 130 mil para asesores, 206 mil por subvenciones vía grupos parlamentarios y 132 mil pesos por subvenciones en especie. Como presidenta de la Mesa Directiva recibe 340 mil pesos extra para solventar gastos relacionados con su cargo, lo que suma 927 mil pesos.

A un mes de elección y según las encuestas públicas registradas ante el INE, Cuahutle borró de la escena a MC, su candidata ni campaña hace; y Sergio González, abanderado del PVEM, ni se nota, pese a obligar a trabajadores del gobierno a hacerle bulto en sus reuniones.

DESMEMORIADOS

Pésima decisión tuvo el PRI al imponer al camaleónico Enrique Padilla en el primer lugar de su lista de candidatos plurinominales a diputados locales, su nombre y antecedentes hablan por sí solos, lo mismo ha chaqueteado con el PAN, que con Morena y ahora regresa al tricolor por la imposición de su tía, Beatriz Paredes. 

Las críticas les llovieron porque fue abierta y descarada su traición a Anabell Ávalos en la elección local de 2021, se fue de echa porras y zalamero con Lorena Cuéllar, en premio, lo mantuvieron como rector de la UPTx, hasta el año pasado, cuando fue removido por un presunto desvío de recursos, no lo digo yo, ahí están las observaciones del OFS.

Por ello la cuenta pública correspondiente al año 2022 le fue reprobada por un posible daño patrimonial por 18.7 millones de pesos, lo que derivó en su salida por la puerta de atrás, lo colocaran unas cuantas semanas al frente del Cecyte, pero también terminó sin el puesto, algo que nunca aclaró el gobierno estatal.

Ahora, la imposición de Padilla es una clara afrenta a la militancia y una burla a personajes como Blanca Águila, a quien acomodaron en el segundo lugar de la lista pluris pese a mantenerse firme en el PRI, tener estructura y un discurso crítico al gobierno estatal y a Morena, los premios, es claro, son para los traicioneros.