Por Edgardo Cabrera

No lo han dimensionado o de plano son incompetentes, me refiero a los del IMSS-Bienestar y su flamante delegado, bueno ahora lo llaman “coordinador”, que solamente sale a la luz pública cuando se trata de hablar de las “bondades” del bodrio que presumen como sistema de salud similar al de Dinamarca, porque de ahí en fuera el funcionario federal, no habla, no informa, no nada, es más, ¿quién es?

Resulta que el síndrome de Guillain Barré ya cobró la vida de tres personas en Tlaxcala y don Gabriel, el “coordinador”, ni sus luces, aunque las defunciones ocurrieron en nosocomios IMSS-Bienestar. Pero ahí no acaba la desgracia, ocho pacientes que están hospitalizados muestran un estado grave y están en terapia intensiva, su pronóstico es reservado.

El padecimiento y la multiplicación de casos en la entidad es de interés de la opinión pública nacional e incluso internacional, el diario español El País le ha dado seguimiento y medios nacionales televisivos lo tienen en el radar, aquí, por desgracia unos cuantos boletines del gobierno estatal han servido para informar a medias, en lugar de sentar al funcionario irresponsable del sistema de salud federal a rendir cuentas y despejar dudas.

Que no se nos olvide, este año la triste historia y su mandamás presumieron la entrega del sector a López Obrador, en 2023 concedió la administración de prácticamente todos los hospitales y clínicas que eran del OPD Salud de Tlaxcala, y solo restaba la entrega del presupuesto, lo cual ya es un hecho.

Entonces, los que deben rendir cuentas a los tlaxcaltecas son esos del IMSS Bienestar que callan ante el crecimiento exponencial de pacientes afectados por el síndrome.

EVIDENCIADOS

Por cierto, mi amiga y colega periodista Miriam Bueno, documentó la semana pasada para Imagen Noticias la ineficacia del sistema de salud ahora en manos de la federación, resulta que un paciente ingresó de emergencia al Hospital General de Tlaxcala ubicado en San Matías Tepetomatitlán al presentar los síntomas del padecimiento de Guillain Barré.

Pese a la gravedad de su condición, que incluyó parálisis del brazo derecho, no fue diagnosticado con el malestar ni tratado, ¡medicinas!, para variar, no había, como cuando el gobierno estatal administraba los nosocomios. Lo más grave, ese caso, quizá, fue el primero y ocurrió previo a la declaratoria de emergencia sanitaria.

Eso sí, en las mañaneras cuando acude el titular del IMSS-Bienestar, Zoé Robledo, otro de esos amigos de triste recuerdo de la mandamás, presumen abastecimiento en su totalidad, equipamiento sinigual, ¡patrañas!, en los hechos el testimonio de Yolanda Pérez, esposa de la víctima del síndrome atestigua lo contrario.  

Pero, además, puso en evidencia la otra mentira, esa del tomógrafo que en octubre pasado presumieron como “único en su país” y que costó más de 20 millones de pesos, resulta que no sirve, no se usa, no hay insumos o no hay quien lo opere, solo ellos saben y esconden, porque de este caso que les cuento al paciente le ordenaron hacerse una tomografía, pero no se pudo en el hospital, debieron pagar por un estudio privado, y no solo eso, también debían rentar una ambulancia para el traslado, porque las decenas de unidades del gobierno tampoco se usan, así la burla de su IMSS Bienestar.