Por Edgardo Cabrera

El primer ejercicio fiscal completo de la Triste Historia, el del año 2022, estuvo plagado de anomalías financieras y opacidad, así lo reveló la Auditoría Superior de la Federación que observó 417 millones de pesos de recursos mal aplicados; fuimos la décima entidad con mayor monto observado, no solo eso, la revisión también evidenció la gran opacidad con la que se conducen ante la autoridad fiscalizadora, ¿qué esperamos los simples mortales que exigimos transparencia?

Solo en participaciones federales enviadas por medio del Ramo 28 fueron casi 300 millones de pesos mal aplicados, el resto de las anomalías están en los recursos de educación y salud, donde el sector que encabeza el secretario Homero, quien se presume incólume, fue el del mayor monto de probable daño a la hacienda pública: 219 millones de pesos. 

Es un desastre, por donde se le vea, y para mejor entendimiento, la “Nueva” Triste Historia mintió en cuanto a las adquisiciones, arrendamientos y servicios aplicados en el Ramo 28, fueron omisos en la entrega de documentación de contratos de adquisiciones, arrendamientos y servicios (le suena la entrega del Hotel San Francisco a un particular o el antro que pusieron encima del Museo de Arte), tampoco proporcionaron comprobación y justificación del gasto.

Hay anomalías en el programa de obras públicas que incluyen la nula ejecución, ausencia de programas anuales, empresas que parecen fantasmas ante la ausencia de expedientes e información, tampoco hubo documentación justificativa y comprobatoria del gasto consistente en pólizas de egresos, transferencias bancarias, actas de entrega-recepción y actas finiquito.

Ahí no acaba el desastre, en educación la Auditoría Superior observó el NO ejercicio de 1.3 millones de pesos del Fondo de Aportaciones para la Nómina Educativa y Gasto Operativo, pero la falta más alarmante es que se detectó que el Gobierno del Estado de Tlaxcala “infringió la normativa, principalmente en materia de la Ley de Coordinación Fiscal, de la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado, y del Reglamento de las Condiciones Generales de Trabajo”.

¿Qué significó eso?, que Homero y camarilla realizaron pagos improcedentes a trabajadores no localizados en los centros de trabajo, lo que generó un probable daño a la Hacienda Pública Federal por un importe de 219 millones de pesos, ese desastre también tuvo como consecuencia que se reintegraron a la Tesorería de la Federación 298 millones de pesos.

Al cúmulo de anomalías se agregan observaciones al Programa de Atención a la Salud y Medicamentos Gratuitos para la Población sin Seguridad Social, hay un probable daño por 23.6 millones pesos, existe incumplimiento en las obligaciones de transparencia sobre la gestión del programa, y del Fondo de Aportaciones para los Servicios de Salud incurrieron en inobservancias en registro e información financiera de operaciones, destino de los recursos y servicios personales, que generaron un probable daño por 21.2 millones de pesos.

En suma, desde el primer ejercicio fiscal quedó claro que el de la Triste Historia es un gobierno que salió bueno para las pachangas, pero muy malo para administrar los recursos a favor del pueblo, en las mismas anda la compañera de parrandas de esta administración, la titular del Conade, Ana Gabriela Guevara, plagada de observaciones y ya denunciada penalmente ante la FGR.