Deja de lado las necesidades de la institución adscrita a la PGJE

Por Selene Sosa

Para la responsable del Centro de Justicia para Mujeres (CJM) de Tlaxcala, Gabriela Hernández Montiel, la prioridad, claramente, no son las mujeres, puesto que desde que llegó al cargo no ha dado resultados y, a pesar de ello, ha priorizado promover su imagen en atención a sus aspiraciones políticas.

La funcionaria, quien recibió su título en la Licenciatura de Derecho a penas en 2021 por la Universidad Autónoma de Tlaxcala (UATx), dejó de lado su responsabilidad con las mujeres tlaxcaltecas.

En sus aspiraciones políticas, se ha dedicado a hacer promoción de su imagen regalando hasta roscas y apareciendo en cada evento de la electa de Movimiento Regeneración Nacional (MORENA), partido que le negó la candidatura a la diputación federal.

Al ver su sueño de ingresar a la Cámara de Diputados truncado, la servidora ahora busca hacer campaña para obtener la candidatura a la presidencia municipal de Axocomanitla, en donde ya colgó varias lonas promocionando su imagen.

En tanto, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) evidenció la opacidad con la que opera el CJM de la entidad, a través de su estadística sobre todos los CJM del país, para la cual, el de Tlaxcala no otorgó información respecto al presupuesto ejercido para 2021 y 2022.

Asimismo, tanto para su edificación y equipamiento, la administración estatal dio cuenta de diferentes cifras y, es preciso recordar que, aunque la institución adscrita a la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE), aseguró funcionar 24/7, la realidad es que contraria.

Además de la falsa promesa de la procuradora, Ernestina Carro Roldán, respecto al horario de atención, el CJM también “cubrió” que una menor de edad escapó de las inmediaciones, dejando en evidencia la falta de capacitación y de capacidad de quienes ahí laboran.

Pese a todo lo anteriormente expuesto, ni la Jefa del Ejecutivo Estatal, ni la Procuradora dan atención a la situación del CJM, menos aún su propia responsable, quien se encuentra más ocupada promoviendo su imagen personal, antes que sus deberes como funcionaria.