HIPOCRESÍA
11 de enero - 2024

Por Edgardo Cabrera

Es gigantesca la hipocresía de la Triste Historia, resulta que al cierre del año pasado tuvo la desfachatez de convocar a un pacto de civilidad a los actores políticos, según para poner piso parejo en el proceso electoral, privilegiar los “valores democráticos”, “garantizar” elecciones libres y otra sarta de mentiras, porque es eso. 

La ley es la ley y no es un asunto de “voluntad” o graciosa concesión.

No es la primera vez que a un gobierno se le ocurre convocar a “pactos de civilidad” en los procesos electorales y, al menos nosotros siempre hemos sido críticos de esos intentos de curarse en salud de los gobernantes, sin importar que fueran del PRD, PAN o PRI. Las plumas ladinas del pasado, que son las mismas de hoy, han aplaudido como focas esas ocurrencias.

La ley es clara, los gobiernos, sus titulares y funcionarios, así como los servidores públicos deben abstenerse de desviar recursos públicos para obtener votos, ¿por qué deben pactar no hacerlo?, es claro: ¡porque lo harán! y simplemente simulan su voluntad.

La misma norma que es extensa, prohíbe la compra de conciencias, el condicionamiento, el robo, la promoción personalizada de los funcionarios públicos o el uso del erario y los programas sociales para favorecer un partido.

Bueno, pues todo lo anterior lo ha hecho la triste historia desde que arrancó su gobierno, empecemos por Sergio el mal bailador, personaje que cobraba como secretario de Gobierno y que se dedicó desde el inicio a promocionarse porque sueña con ser senador, lo dijimos, lo negó y el tiempo nos dio la razón. El uso del puesto con fines personales derivó en la ingobernabilidad, o cómo explicar 200 manifestaciones que pudo evitar.

Pero no es el único, la lista de funcionarios que desertaron por una candidatura es larga, interminable diría y además esconden la lista de esos registros. Pero los y las funcionarias que están en el cargo y aun así se inscribieron al proceso interno de Morenadesnuda la hipócrita convocatoria a un “pacto”.

Sin renunciar al puesto, Madaí la del Deporte se registró en el proceso para ser candidata al Senado, su salida la hizo después, cuando le resultó conveniente a sus intereses.

MONEDA DE CAMBIO

Pero sin duda las funcionarias que siguen cobrando en el Instituto de la Mujer y el Centro de Justicia no tienen perdón de su género, lo traicionaron al usarlo para saciar sus ambiciones políticas.

La que tendría que estar trabajando en convertir el Instituto en Secretaría, como lo recomendó la Alerta por Violencia de Género para Tlaxcala, prefiere preparar “doriesquites” para una posada politiquera organizada en Ocotlán en diciembre pasado y difundirlo en redes, de los feminicidios que incluyen casos de calcinamiento, NI una palabra.

La del Centro de Justicia fue más allá, sin empacho difunde propaganda personaliza para promocionar su participación en la encuesta de Morena, quiere ser diputada. No olvidemos que la entidad fue reprobada en el informe federal respecto al cumplimiento de las tareas para disminuir la violencia de género, aun así, la Triste Historia llama a “pactos”.