Por Edgardo Cabrera

El viernes fue el día de la mandamás, el pastel de los 2 años simplemente mostró lo que todos sabemos, el que transita es el peor gobierno que ha tenido Tlaxcala, con 28 meses en el poder lo que proliferan son cientos de “primeras piedras”, un obeso aparato burocrático, obras malhechas, cifras maquilladas, delincuencia, feminicidios, asesinatos y el estancamiento económico, hasta el incumplimiento a la palabra para los secuaces que la llevaron a la silla más grande de la entidad.

La víspera, seis ejecutados en la zona limítrofe entre Tlaxcala y Puebla, aunque trataron de desligarse inmediatamente y trasladar el hecho a los vecinos, es clara la influencia, el tránsito y la operación de grupos delincuenciales aquí, brincan de un lado a otro con total impunidad.

Y la terca realidad se hizo presente el mero día del mensaje politiquero por el segundo informe cuando en Natívitas fue hallado un hombre decapitado y con un mensaje escrito sobre un pedazo de cartón firmado por un cartel con presencia en la mayor parte del país y con la advertencia de que “eso le pasará” a quien pretenda operar en una plaza “que ya tiene dueño”, así decía.

Ahí no acaba el asunto, mientras la mandamás ensayaba el show y sus cortesanos le montaban el tinglado del viernes, un sismo agarró a sus empleados de Protección Civil y de seguridad comiendo moscas, nada nuevo, el comunicado oficial llegó 10 minutos antes de las 10 de la noche, mientras que el temblor fue a las 2 de la tarde, todas las entidades del centro tuvieron reportes en tiempo real de sus gobiernos, menos el mediocre nuestro.

Eso sí, en el mensaje tristón no se cansó de presumir la “eficacia” de su gabinete de seguridad, el mismo que ha tenido 7 titulares, un elefante reumático que llaman C5i, un funcionario evidenciado por alterar el uniforme oficial y hacer apología del delito de trata de personas, y otros más cuyos expedientes están por salir a la luz por deudores alimentarios, pero que se dan baños de pureza, incluso han filtrado los casos de sus adversarios.

Y en eso de los datos reales, no los maquillados, reciclados o refriteados, el INEGI reveló que Tlaxcala fue el estado con la menor aportación al Producto Interno Bruto en el país con sólo 0.6 por ciento, es decir, nada, y eso habla del fracaso a dos años, porque las presumidas inversiones no impactaron, por el contrario, son tan poco significativas en comparación con otras entidades que estamos por debajo de Colima, Nayarit y Baja California Sur. 

LOS AMAESTRADOS Y LA SINCERA

A colación del cumpleaños segundo, el despilfarro no paró, el dinero derrochado sin ton ni son en propaganda, incluyó una revistucha que más bien parece panfleto, cuyo tiraje solamente ellos lo conocen, pero los miles que repartieron en su evento son una parte, mandaron a imprimir más para “aventar” en los municipios. 

En vísperas de la fiesta mayor, desairada, por cierto, por la clase política Morena, empezando por su dirigente nacional, organizaron otros convivios, lo mismo con sus plumas amaestradas que con los paleros que recibieron gustosos arcones navideños con pomos y galletas de animalitos, cobijitas tristonas y hasta bocinitas para ensayar los pasos del carnaval cual bufones de la corte.

Punto y aparte fue la secretaria de Gobernación federal quien se mostró sincera al decir que en dos años la mandamás redujo la pobreza, ¡y sí!, pero de su parentela y allegados, porque en los datos reales el INEGI y el Coneval, Tlaxcala es la segunda entidad con mayor pobreza laboral al crecer tres puntos porcentuales al tercer trimestre de este año.