Por Camila Tornel

Conforme avanza el presente sexenio, es evidente que cada día más el poder desgasta y cobra factura de las buena o malas decisiones que se han tomado en los primeros dos años de gobierno.

Y haciendo un balance objetivo del quehacer gubernamental, no hay duda de que en los rubros de seguridad, gobernabilidad, medio ambiente y obra pública han sido el talón de Aquiles de la actual administración estatal.

Pareciera que Lorena Cuéllar ha entregado la estafeta antes de tiempo, es una gobernadora que no gobierna, no manda, no decide y nadie le hace caso.

Existe un desgaste muy evidente, sobre todo en el tejido social con las autoridades y sus gobernados y el nuevo secretario de Gobierno, Luis Antonio Ramírez está empeñado en minar más la imagen de su jefa.

Lo sucedido el día de ayer en el municipio de Zacatelco es una clara muestra del debilitamiento institucional y de que la Segob es un caso perdido, pues como dice el viejo refrán: “salieron de Guatemala para estar en Guatepeor”.

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