Por Edgardo Cabrera

Sergio Pilotzi Xahuentitla no ameritó mayor interés, pronunciamiento o mención para el gobierno de Cuéllar ni para su sensible y protagónico secretario de Seguridad. 

Pilotzi fue comandante de la policía municipal de Tzompantepec y perdió la vida esta semana de una forma sumamente trágica: en medio de las llamas de su patrulla que volcó en terrenos de labor al momento en que perseguían a presuntos delincuentes.

Junto con él iban otros dos elementos que lograron escapar de la unidad, uno con lesiones graves y quemaduras. Personal de Cruz Roja y Protección Civil rescató aún con vida al comandante, sin embargo, las graves lesiones y heridas por el fuego le cobraron la vida más tarde en el hospital regional de Tzompantepec.

Los hechos ocurrieron entre la noche del martes y la madrugada del miércoles, cuando se desató la persecución de un auto que huyó luego de que los policías trataron de detener a los tripulantes que presentaban actitud sospechosa.

Llama la atención la indolencia de la Triste Historia que gobierna, que sí, en cambio, se aprovecha de los policías municipales para sus operativos “especiales”, como ese de la represión contra las mujeres manifestantes el pasado 8 de marzo, o para sacarse fotos con el escuadrón de género en un intento desesperado e hipócrita por mostrar un rostro “sensible” frente a las quejas.

También los ocupa para lavar sus culpas al responsabilizarlos de los golpes de la inseguridad, o de los intentos de linchamientos, como en Zacatelco, donde incluso fueron castigados al negarles reparto de armamento, simplemente, por un berrinche de Celaya para cubrir su la mala actuación, protección a los delincuentes y violación a sus propios protocolos.

La muerte del comandante de la policía de Tzompantepec y la indolencia del estado que siquiera fueron este jueves a rendirle honores en el funeral que le organizó el ayuntamiento en reconocimiento a su valor y labor, dejó en claro por qué estamos cómo estamos.

CHIAUTEMPAN

En eso de los balances a la mitad de su administración, en Chiautempan el morenista Gustavo Jiménez supo aprovechar su condición de “local” con el gobierno del estado y puede presumir a la fecha más de 100 obras y acciones como la rehabilitación de calles en el primer cuadro de la ciudad, mejora en la infraestructura de pozos y planean rehabilitar la antigua estación del tren y crear un pasaje comercial en el primer cuadro de la ciudad. 

También construyen una nueva Presidencia Municipal y el Centro Cultural que se ubicará donde antes estaba la alcaldía, vale decir, un edificio por demás deteriorado, inseguro y espantoso, ingresar a él, era como retroceder un siglo. 

Varios personajes desfilaron por ahí como alcaldes y alcaldesas, de todos los partidos, y no le invirtieron a esas oficinas, bueno, ni a nada, recordemos, por ejemplo, la historia de un ex perredista de apellido Mendoza que, si bien terminó exonerado del delito de peculado, se convirtió en el político con mayor monto observado por el OFS tras una serie de anomalías detectadas en esa camada de alcaldes. 

Solo en la cuenta del 2015 tuvo inconsistencias en 44 por ciento del presupuesto, algo así como 60 millones de pesos. Ahora en Chiautempan tratan de terminar con la maldición de los malos presidentes, ya veremos si lo logran, al tiempo…