Por Edgardo Cabrera

Prácticamente acumulamos dos meses y medio sin secretario de Seguridad Ciudadana, y a la gobernadora Cuéllar no le corre prisa el tema, como tampoco remover a ineficientes elementos como el de Gobierno, Educación y Salud que, desde el primer minuto del 2023, le acumulan a su jefa malas cuentas.

Para el caso de seguridad son el hazmerreír de los delincuentes, son los verdaderos beneficiados de la manipulación de las cifras para ocultar delitos y decir que somos uno de los estados más seguros del país, ya no el primero. Para muestra otro cajero automático, ahora del banco gubernamental “Bienestar”, este no se lo robaron, pero sí lo destrozaron en Apizaco.

Es aquella sucursal de Santa Anita Huiloac, la que inauguró el 4 de febrero del año pasado el presidente López Obrador, la misma donde aprovechando el acto protocolario un grupo de pobladores lanzaron consignas contra Lorena Cuéllar por tener en su administración a gente corrupta, y a ella la acusaron de traicionar a los verdaderos morenistas.

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Bueno, esa sucursal y su cajero no llegaron a su primer aniversario, dos personas colocaron un explosivo que destruyó tanto el aparato dispensador de dinero como los vidrios y el plafón. El acto terrorista le costará al erario algo así como 600 mil pesos, bueno eso calculó a “ojo de buen cubero” el delegado del Bienestar Carlos Luna, a quien no hay que creerle porque en la misma conferencia de prensa donde habló del incidente, se aventó la puntada de decir que lo que explotó fue un “cohetón normal”, “como esos que detonan en las fiestas navideñas”. 

Evidentemente no es perito, aunque se siente, porque si a su juicio es “normal”, cómo serán los “anormales”, si este dejó inservible el lugar, ¿qué harán los otros? Por cierto, en eso de sus torpezas, y ante las interrogantes, también dijo que con secretario o sin secretario de seguridad eso habría pasado y reiteró que fue un acto vandálico “no de la delincuencia organizada”. ¡Esos son los aliados que necesita Cuéllar!, cuando no meten la pata, meten las dos…  

FUSIL

Es claro que no hay idea, ni ingenio, menos creatividad en la Triste Historia, navegan entre ocurrencias y disparates, o viles copias de acciones y programas de otros que ponen en marcha como propios, pero mal.

Es el caso de una cosa que llaman “domingueando”, no tiene ni pies ni cabeza su plan, para empezar, y cual mala carta de presentación, lo promueven las secretarías de Cultura y la de Turismo, la primera con sus ocurrencias y atentados al acervo, como ese del antro en la azotea del Museo de Arte, y la segunda, que acumula un récord de fracasos en lo que organiza, como ese del festival de globos aerostáticos en la hacienda del tío de la secretaria, o recientemente la Villa Navideña sin gente.

Bueno, pues ahora para iniciar el año su primera “ideota”, y no hablamos del programa “domingueando en familia” que promueven, es el plagio como política, por lo que voltearon a ver a Huamantla, donde ya son clientes en aquello de hacer caravana con sombrero ajeno, recordemos el descaro del récord Guinness gestionado por el ayuntamiento a favor de los artesanos, pero de lo cual la mandamás hasta les arrebató el reconocimiento para la foto.

Desde abril del año pasado el alcalde Salvador Santos Cedillo lanzó el “Dominguearte”, el de la triste historia le pusieron “domingueando”, así de genios.

En Huamantla llevan al menos 40 ediciones y 40 mil asistentes a las presentaciones de más de 100 artistas locales y regionales, y forma parte de una política de gobierno municipal para la promoción turística, cultural y artística. El del gobierno estatal, dice que brindará “diversión” a las familias y no deben quebrarse la cabeza, que contraten payasos y magos, ambas cosas, por cierto, les salen muy bien a los funcionarios, unos por sus ridiculeces y otros por desaparecer el dinero público.