Por Edgardo Cabrera

Sergio González y compañía no se cansan de mentir, dicen que en Tlaxcala no existe la delincuencia organizada, sin embargo, la detención de militares, policías y ex judiciales que se dedicaban al secuestro y desaparición forzada, confirman lo contrario.

Lo mismo ocurre con el tema de la trata de personas con fines de explotación sexual, Cuéllar no tuvo empacho en voltear la mirada, desaparecer de su informe y del discurso el delito. Según su gobierno tampoco existe, es más, frente al presidente López Obrador dijo erradicarlo en más de 80 por ciento, la semana pasada la propia procuradora Ernestina contradijo a su jefa al revelar que suman 29 denuncias anónimas las que tienen en lo que va de la actual administración.

La misma funcionaria había informado de manera oficial que solamente existían dos carpetas de investigación en su gestión, pero los archivos hackeados y filtrados por Guacamaya Leaks daban cuenta de 11 que sumaban hasta marzo de este año. Como sea, la subordinada de la protagonista de la Triste Historia tiró la mentira de su patrona.

Y para rematar, la caminata solemne del viernes de víctimas y activistas entre ellas Yeny Charrez y la ex candidata a la gubernatura Eréndira Jiménez, evidenció el despreció del gobierno de una mujer a quien no le ameritó al menos unas palabras de solidaridad, ya no hablemos de hechos contundentes para frenar el flagelo. 

Mientras la caminata del dolor avanzaba desde Tenancingo, el emblemático municipio considerado cuna de tratantes, la gobernadora bailaba un danzón en pleno zócalo capitalino.

Al siguiente día, el sábado, al concluir la simuladora campaña denominada “16 días de activismo por el Día Internacional contra la Violencia de Género”, de nueva cuenta la protagonista de la Triste Historia no acudió, y durante esas dos semanas, lo único claro es que no hicieron nada, simplemente palabras huecas, eventos lastimeros y payasadas.

PAYASADAS

La semana pasada dimos cuenta de que, en Puebla, el mandatario morenista Miguel Barbosa tachó de “payasadas” los eventos que se realizan con motivo de los informes, a más de uno les caló hondo escuchar al polémico correligionario de Cuéllar Cisnerosmofándose de quienes repiten las mismas prácticas del pasado.

En Tlaxcala no solamente hicieron la payasada mayor en la capital del estado, donde por cierto también hicieron el ridículo con sus pantallas descompuestas y la caballada morenista escuálida, no vino ninguna de las corcholatas presidenciales, además de eso, el gobierno hizo otra serie de payasadas regionales.

Las mentiras se replicaron, porque fueron eso y se los comprobamos, como aquello de los cuatro hospitales inexistentes, o los mil millones de pesos para el campo que nadie ve.

Ante la opacidad, de nueva cuenta demandamos información para saber cuántos millones de pesos tiraron a la basura en toda la propaganda, que incluyó el fiasco en Facebook con bots de Veracruz, Estado de México y Ciudad de México que la consumieron, hasta esas nefastas entrevistas en medios nacionales y locales (donde simplemente exhibieron a alguien que desconoce su realidad), y una revista de rostros alegres, pero con contenido lleno de carencias.