21 de noviembre - 2022

Por Edgardo Cabrera
El gabinetazo de la Nueva Historia Triste es un gran fracaso, en particular una lastimera decena de funcionarios sobre quienes pesa la sombra del desastre, la mediocridad, la indiferencia, la deslealtad y el negocio, todo ello aderezado de la acostumbrada negación de su realidad.
Con la cuenta regresiva para que den sus cuentos alegres en el primer informe de gobierno, a destiempo, por cierto, el primero que encabeza la penosa lista es el de Gobierno, el segundo al mando, el ex dirigente estatal del PAN, Sergio González, responsable de la ingobernabilidad desde el día uno con Xicohtzinco, pasando por la represión al movimiento feminista, las decenas de conflictos municipales, las protestas sindicales, jóvenes, estudiantes, pensionados, bueno, hasta de su familia se queja de él, entre ellos el sobrino del Congreso.
Si se tratará de hacer una lista, en segundo lugar, de lo peor estaría la procuradora Ernestina Carro, la dependencia “resuelve” cómo puede lo que le conviene políticamente y priorizando las afinidades: toda la ayuda a los cuates y súbditos de la jefa, aunque hayan cometido graves delitos, como homicidio y trata.
Sobre ella está el hecho público y notorio del asesinato y la tortura de un detenido, además de decenas de casos de femicidio y trata que son escondidos, sin olvidar el pacto con los delincuentes y el despido violento de funcionarios por oponerse a la corrupción interna, lo que incluye una denuncia de violencia de género en el caso de Yeny Charrez.
Homero Meneses, quien encabeza la Secretaría de Educación, la oficina más grande del estado en cuanto a personal y recursos, es quien más protestas acumula por dependencia, en su cuenta tiene dos muertos a consecuencia de sus malas decisiones; el primero fue un trabajador que perdió la vida por aquel camión chatarra rentado bajo un contrato leonino, y la segunda es la de la normalista rural de Panotla.
La corrupción, los excesos, como ese de irse a la playa con el líder de la Sección 31 del SNTE, Curtberto Chávez, o demandar golosinas para su despacho con cargo al erario, será su triste legado; anda más ocupado en la politiquería que en implementar un plan para sacar a los estudiantes y maestros del atraso escolar tras dos años de pandemia, su antecesor implementó un ambicioso plan de becas, el actual da cátedra de ridiculeces en TikTok.
Otro que compite por acumular protestas producto de su falta de pericia para sortear problemas e inconformidades es el de Salud, Rigoberto Zamudio, el mismo que sigue sin poder resolver el grave problema de desabasto de insumos, medicamentos y materiales, el mismo que puso en operación un hospital sin permiso sanitario (mismo que sigue sin operar como prometieron), el de los alimentos podridos y el que emite alertas patito de golosinas supuestamente adulteradas con drogas y al que le tuvieron que corregir la plana sus propios subordinados por torpe.
Sobre Zamudio recae también el nefasto manejo de la pandemia por Covid-19, recién llegado batió récord en contagios diarios, cerca de mil cuando su antecesor en el peor momento de la enfermedad reportó tres centenas al día. Es el mismo que mantiene por siete semanas consecutivas a Tlaxcala en el primer lugar nacional de Razón de Muerte Maternas, el tercero en muertes por diabetes y también en accidentes, con todo y que tienen presupuesto para prevenirlos.
Además, fue quien convalidó un plan para frenar el consumo de alcohol y cuyo decreto es violado a diario en la Feria de Tlaxcala, en los bailes, en los tugurios (como el del funcionario donde balean a los clientes); o el que también palomeó un plan en materia de salud mental para disminuir los suicidios, y que tampoco da resultados.
La lista sigue, como el de aquella con un patético y penoso maratón, o la reina del cash…
