Por Edgardo Cabrera

Como en muchos lares, en Tlaxcala la vida no vale nada para las autoridades, lo suyo es andar simulando que trabajan mediante eventos públicos, el peor ejemplo es el hospital “Lic. Anselmo Cervantes Hernández”, abierto solo para la foto y la inauguración, en los hechos no opera.

Estamos inmersos en una ola de violencia e impunidad, los detenidos llevados a los separos municipales “se les mueren”, lo que evidencia no solo el desastre de los protocolos de los ayuntamientos, sino la incompetencia de la autoridad estatal para poner un freno.

Desde la llegada de la Triste Historia, al menos van siete detenidos que supuestamente se suicidan o mueren por “causas naturales”, eso al menos es lo que ha concluido la Procuraduría General de Justicia del Estado, ¿cuántos detenidos y procesados hay por esos hechos?

La Comisión Estatal de Derechos Humanos ha emitido a la fecha cuatro recomendaciones, y en algunos casos, como en la capital del estado, el señalamiento va contra el alcalde, pero no contra quien fue director de la policía y que hoy, después de despedido, está como la fresca lechuga despachando como jefe policíaco en Apetatitlán.

De esas recomendaciones los ayuntamientos señalados son los de Tlaxcala, Apizaco, Nanacamilpa e Ixtacuixtla, y hasta el momento sólo la capital aceptó la recomendación, en los otros casos aún están en plazo para responder si la aceptan o no.

IMPUNES

Y como lo suyo es repartir culpas, no solo es el caso de los separos, el gobierno de Cuéllar también tiene su historia, reitero, triste, como aquella del detenido y asesinado a manos del estado cuando a los policías de investigación se les “pasó la mano” al tratar de arrancarle una confesión por el caso de la desaparición de la joven Ana Laura.

A colación de la huamantleca, que desgraciadamente fue localizada sin vida enterrada en terrenos de labor, tampoco hay nadie detenido ni se ha esclarecido nada, y la lista de feminicidios es tan larga que prefieren ocultar los casos o de plano no tipificarlos como feminicidios.

En cuanto a las ejecuciones, la Triste Historia tampoco da valor a esas vidas, por ejemplo, el caso del funcionario de Tlaxco acribillado en la zona centro del municipio y el de un presidente de comunidad de Ixtacuixtla, de los responsables no se sabe nada.

REVICTIMIZACIONES

Por si faltará algo más, está el asunto del Comisionado de Seguridad Pública revictimizando, con tal de saciar su protagonismo, una muestra más de que no le dan valor a la vida de los demás.

De ese tema, el diario El Universal de nueva cuenta volvió a exhibir a Maximino quien, en lugar de pedir disculpas, mandó un intento de carta aclaratoria donde, de nuevo, quedaron evidenciados como inhumanos, porque según no exhibieron en redes sociales el cuerpo de la víctima de feminicidio de Villa Alta, sino que la foto “fue de otra herida”, por tanto, ¡genios!, también víctima. 

Para rematar, en eso de las torpezas, el sábado desde prensa de gobierno difundieron la imagen de un detenido por robo de hidrocarburo, además de que violaron la presunción de inocencia al boletinar la foto del detenido sin difuminar el rostro, aseguraron que llevaba 120 litros de combustible, cuando en su propia imagen se ven los recipientes semi vacíos. 

No solo ello, los propios mandos obligaron a los policías tomarle la foto al detenido, pensando en la propaganda, más que en cuidar el proceso legal. Por cierto, mientras en otras entidades incautan 20 mil o 30 mil litros, acá por 120 litros, que no son de a litro, lo presumen como un duro golpe al huachicol.