Siento que muero en vida por no volver a ver a mi hija
30 de junio - 2022

La violencia institucional contribuye a la violencia vicaria

Por Selene Sosa

La mala praxis también es un contribuyente a que en Tlaxcala proliferen los casos de violencia vicaria, los cuales, las distintas instancias gubernamentales y de justicia insisten en esconder, en negar, en no tipificar, en no sancionar.

A Alma N., le arrebataron a su hija, el padre de la niña que, cuando ella nació no tuvo participación alguna en su crianza, se negó a devolverla en un fin de semana de convivencia acordado de manera extra judicial.

El caso de Alma N., es similar al de muchas personas víctimas de violencia vicaria, madres que priorizan el derecho de convivencia del menor con su padre, terminan siendo víctimas de este tipo de violencia que sí existe, que las madres sienten en los huesos pero que, dicen, “es un concepto nuevo”.

Tras ocho años de noviazgo con una persona “narcisista” como lo describe Alma N., decidieron casarse, tras la celebración optaron por vivir en casa de los padres de ella, dado que él se negaba a proveer un hogar.

Dicho matrimonio duró cuatro años, pese a la violencia psicológica, económica e incluso física que vivió Alma N., además, de dicha unión nació una niña, que vino al mundo de manera prematura a los siete meses de gestación y que significó un esfuerzo doble para su mamá en sus primeros meses de vida, ya que, su padre optó por no ejercer su paternidad de manera participativa.

Aunque Alma N., hubiera preferido vivir su primer embarazo, que fue de alto riesgo, y su maternidad en un entorno de amor y cuidado, no fue así, al sentirse menospreciada, se cuestionó el por qué recibía malos tratos de su pareja, fue cuando descubrió que él le había sido infiel.

Tras la disolución del vínculo, Alma N., quien es enfermera, compró una casa para ella y su hija y, a través de un acuerdo extrajudicial, se estableció que el padre de la menor solamente la vería los fines de semana, una hora en casa de los abuelos maternos.

Alma N., al ver que la convivencia de su hija iba bien con su padre, concede que éste se la lleve los fines de semana ya que, incluso, entre semana acudía temprano a su domicilio para llevarla a la guardería.

Sin embargo, cuando Alma N. conoció a una nueva pareja, el entorno armónico se terminó y comenzó entonces la peor pesadilla para cualquier madre, “Cuando el papá se entera que yo ya tengo a otra pareja, me quita a mi hija, en noviembre de 2020”.

Por si eso no fuera suficiente, el progenitor de la menor de edad “acusó” a la madre con los abuelos maternos, quienes son conservadores, según relató Alma N. para este medio, sobre que ella ya tenía a una nueva pareja.

Ello disgustó a los padres de Alma N., ya que consideraron reprobable que su hija, quien se había casado previamente bajo la religión católica, ahora viviera con una nueva persona, por lo que, en complicidad con el padre de la niña, la separaron se su madre por cinco meses.

Luego de este tiempo, en abril de 2021, se dio una primera reunión familiar donde Alma N. declaró que ya tenía una nueva pareja, “Y el juez… me otorga la guarda y cuidado a expensas de que se nos realizaran estudios psicológicos y de trabajo social en la casa de mi actual pareja”, contó la víctima.

Asimismo, Alma N. detalló que al papá se le otorgaron convivencias cada 15 días y los jueves de cada semana por dos horas, “Cuando mi hija se iba a convivencias con él, regresaba con una actitud grosera, con una actitud altanera”, además, la niña le cuestionaba si la quería ya que sus tías paternas le decían que su mamá no la amaba y le reclamaba por haberse separado de su papá.

En cumplimiento de lo ordenado por el juez del cuarto juzgado, se les hicieron dichos exámenes, pero el padre de la niña “no cooperó”, incluso, acudió a solicitar una nueva fecha de audiencia y declaró que, supuestamente, la niña vivía violencia con su madre.

“Un día, así de la nada, él ya no me regresó a la niña, me marcó por teléfono el 27 de marzo y me dijo –sabes qué, la niña ya no se va a ir contigo porque dice que le pegan-, fue la última llamada que yo hice con ese señor”, compartió Alma N.

Naturalmente, Alma N. acudió al cuarto juzgado con un oficio para denunciar que su ex pareja le había quitado a la niña, entonces, el juez ordena que se le regrese y agenda una nueva reunión familiar.

Empero, la notificación le llega al papá de la menor después de 30 días y en ese mismo momento él se dirigió al primer juzgado, uno distinto, a pedir el cuidado de su hija alegando que desde hace un mes la tenía ya que su madre la había olvidado, desde luego, dicho actuar fue a escondidas de Alma N.

Así, tras lo expuesto por el padre de la niña, la jueza del primer juzgado le otorgó la custodia, puesto que éste alegó que no tenía conocimiento del paradero de la mamá de la menor y que la había abandonado por irse con su nueva pareja; es decir, el desconocimiento llevó a la jueza a otorgar la guarda y custodia de la pequeña.

Ese día, la mamá y su abogado, en su libre tránsito, se encontraron a la abuela paterna de la menor en el primer juzgado y se detuvieron a esperar, a ver si de casualidad por ahí estaba la niña para poder verla, en eso, la menor salió del inmueble con su papá y Alma N. se acercó de inmediato a ella, “Es mi hija, la quería abrazar, llevaba 20 días sin verla”.

Entonces, el padre de la niña comenzó a hacer un escándalo diciendo que la madre lo agredió, para esto, la niña se asustó mucho ya que, lamentablemente, los había visto pelear con anterioridad, así que le quedó ese miedo, según refirió Alma N.

Por el griterío del padre de la niña, salió personal del juzgado y del DIF y éste, aprovechó dicha situación para decirle a la niña que no se preocupara, que su mamá no les iba a hacer daño, lo que extrañó a la madre, “Yo lo único que quiero es recuperar a mi hija”, dijo.

En medio del pleito, los abogados de ambas partes cuestionaron quién tenía la guarda y custodia de la niña, “A mí me dieron la custodia el 13 de abril de 2021 y a este señor le estaban dando el cuidado el día 19 de abril de 2022 sin que yo hubiera estado, ¿cómo puede ser eso posible?, sin que la mamá esté presente… así pasé la amarga experiencia de ver cómo mi hija se iba con su papá”, compartió Alma N. con la voz entrecortada.

Al día siguiente, nombraron como abogado del papá al primo del juez del cuarto juzgado, el que le había concedido primero a Alma N. la custodia de la pequeña pero, al nombrar a su primo el abogado de la otra parte, el abogado de la mamá se inhibió del caso de emergencia.

Alma N. lamenta que por “un montón de cosas” no ha vuelto a ver a su hija, las autoridades le pretextan en cada ocasión la resolución de su caso, “Yo no sólo no la he vuelto a ver, no sé nada de ella, voy a casa del señor a buscarla y me echa a los policías, sólo quiero justicia”, clamó la víctima.

“Han pasado tres meses de no ver a mi hija y siento que muero en vida por no volver a ver a mi hija, sé dónde está y me causa impotencia no poder ir por ella porque si yo voy me van a tratar como a una delincuente… cada día que pasa es un martirio”, declaró Alma N. con evidente dolor.

Cabe señalar que, este 29 de junio, Alma N. acudió al domicilio de su ex pareja, en donde se supone tiene viviendo a su niña,  con la diligencia a exigir que le devuelva a su hija, sin embargo, “no salió”, dijo la mamá de la menor y, refirió, que el padre la tiene escondida en casa de sus abuelos paternos.