¿FELICIDADES?
9 de junio - 2022

Por Edgardo Cabrera

El martes 7 de junio fue el día de la libertad de expresión en México y, a colación, las agresiones son el sello de la Triste Historia que, ante su pésima política de comunicación y relaciones públicas, recurren a los codazos, empellones y cercos informativos de sus hooligan de nopal (por lo verdes y espinosos) para que no toquen a la gobernadora Cuéllar.

Aunque se presume un gobierno aliado de las mujeres, los incidentes en su gran mayoría son contra reporteras, y los agresores: las empleadas y empleados de la oficina de Comunicación Social del gobierno estatal, esos mismos que no saben redactar (basta ver sus boletines) y que escriben desde cuentas falsas de redes sociales para insultar y mentir.

La semana pasada fueron dos incidentes los reportados, el primero, el martes en la capital del estado en un acto donde convocaron para presumir mediáticamente la entrega de supuestas plazas del IMSS-Bienestar, ya después hablaremos de ese timo.

Al finalizar el evento, una subordinada de la oficina de la Juárez bloqueó y manoteó a dos comunicadoras, una corresponsal de un medio nacional y otra de un medio impreso estatal (nos reservamos sus nombres para evitar sean intimidadas como pasó en una ocasión anterior cuando develamos otro incidente), una de las víctimas incluso presentó marcas de las agresiones en el brazo, todo, porque no querían que entrevistaran a Zoé Robledo.

ENTRE TRACTORES

El viernes en Amaxac, durante la entrega de tractores, un empleado de prensa de gobierno, además hijo de una secretaria estatal y quien tiró los tenis y la mezclilla para vestir como funcionario, a punta de empujones y codazos trató de impedir que reporteras entrevistaran a Cuéllar, en respuesta, el individuo heredero de las viejas glorias de su tío fue confrontado.

Lo de la semana pasada no es la primera vez que ocurre, otras empleadas más de esa misma oficina, incluida su jefa, acostumbran el robusto “método” del tacleo para controlar a la prensa, y son gandallas porque saben que no se quejarán ni harán denuncias los y las reporteras porque los dueños de esos medios mantenidos por el gobierno amenazan con despidos, sufriendo así, doble agresión.

Durante la marcha de mujeres del 8 de marzo, varias comunicadoras, entre ellas nuestra compañera de Gentetlx fue agredida por granaderos estatales, uno de esos sujetos estuvo a punto de propinarle un toletazo, ante ello se procedió por la vía legal.

Y en plena inauguración de su simulada oficina de atención a periodistas, también, guaruras de la gobernadora a punta de empujones le abrieron paso a su jefa, y aunque una de las dos afectadas incluso le grito a la mandataria para acusar a su personal, la señora hizo caso omiso.

A estas alturas pareciera que a doña Cuéllar no le gusta el contacto con los medios, de los que se valió durante muchos años en busca de poder, o al menos ese es el claro mensaje que han mandado sus golpeadoras y golpeadores de prensa de gobierno, los mismos que cultivaron su granjita de bots para crearle una falsa ilusión a su jefa.

UNA DE PANISTAS

Pero no solo es en el gobierno estatal, el miércoles en el PAN estatal el secretario adjunto también le dio el síndrome del cadenero y guarura cuando retó a golpes a nuestro reportero José Luis Ahuactzin por el simple hecho de no decirle personalmente a dónde iba, pese a que minutos antes el periodista se había registrado en la recepción para entrar a una conferencia de prensa a la que ellos invitaron.

El despistado y agresivo panista, que no estaba atento en el lugar del registro y además ignora quiénes son los reporteros que cubren la fuente (¿entonces para que lo ponen como edecán?), justificó su mala conducta porque lo confundió con “oreja” de Gobernación, ¡vaya explicación!, se preocupan de los enviados de la Triste Historia cuando los espías están dentro de su propio partido, basta ver dónde cobra actualmente quien fungía en el pasado comité como secretario general.