Por Fernando Tamayo

El pasado domingo se conmemoró el Día del maestro en todo el país y se revivió de nueva cuenta el planteamiento del Gobierno Federal de modificar el modelo educativo nacional.

La propuesta del Gobierno de la Cuarta Transformación no debe desecharse sobre todo por qué para la mayoría de docentes, alumnos y padres de familia la incógnita sobre el estatus de la educación de millones de estudiantes tras la pandemia sigue siendo la mayor preocupación.

Y es que para nadie pasa desapercibido que la gran mayoria de niños y jóvenes en edad de estudiar sufrieron tras la pandemia un déficit en su desarrollo educativo, por lo que la idea de transformar el modelo educativo nacional debe ser prioritaria.

Si bien es cierto en días pasado la Secretaría de Educación Pública dio a conocer el Marco Curricular y Plan de Estudios 2022 incluidos los ejes transversales en materia de política educativa donde, a decir de los funcionarios, se busca terminar con la ideología neoliberal, lo cierto es que el tema de la modificación y mejora del modelo educativo debe tomarse en serio en la agenda pública.

Más allá de la eliminación de las ideologías o vicios de los regímenes anteriores la gran interrogante es cómo fomentar desde el modelo educativo un mejor desarrollo para las nuevas generaciones.

Es de extrema urgencia que el Sistema Educativo Nacional sea el que esté sea cuente con las herramientas necesarias para que todos los niños y jóvenes tengan acceso a una educación laica, sin sesgos, gratuita, de calidad y que brinde las herramientas necesarias para servir como motor del crecimiento y desarrollo de los mexicanos y con ello fomentar un mejor país para todos. Esperemos que pronto las autoridades pertinentes y todos los involucrados logren consolidar un sistema que sea benéfico para toda la población. Al tiempo.

Desde la barrera

En eso de la Educación el Secretario en el ramo a nivel estatal dio a conocer la construcción de una nueva universidad pública en territorio tlaxcalteca, esperemos que este proyecto, el cual se desconoce a detalle, cumpla con los objetivos planteados y no se convierta en una acción demagógica propias de dicho funcionario.

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