CON LUPA
11 de marzo - 2022

Por Edgardo Cabrera

Al límite del plazo, la semana pasada el gobierno de Lorena Cuéllar envío al Congreso del estado el Plan Estatal de Desarrollo 2021-2027, y de una primera revisión, las imprecisiones y las fantasías saltan a la vista. 

Para empezar, en el rubro denominado “Política. Estado de Derecho y democracia participativa”, el objetivo 2 dista mucho de la triste realidad, hablamos de lo ocurrido apenas el 8 y 9 de marzo durante las protestas enmarcadas por el día internacional de la mujer.

En el documento, la Triste Historia se compromete a “impulsar el ejercicio de un gobierno que privilegie el diálogo y la concertación, mediante la instrumentación de una agenda para dirimir controversias y generar consensos, a través de la comunicación oportuna y permanente, y la utilización de métodos pacíficos de conciliación de intereses y la generación de confianza en las instituciones”, no pues sí, los hechos dicen otra cosa.

La noche del miércoles, 110 organizaciones civiles y representantes feministas suscribieron un pronunciamiento en donde denuncian la represión sufrida el martes por los granaderos del gobierno de Cuéllar, al tiempo de que tachan a la gobernadora de faltar a su palabra de priorizar el diálogo y la paz, aún más, revelan algo gravísimo, las “infiltradas” de las que habló la mandataria fueron mujeres policías y golpearon a las manifestantes.

Además, advierten una serie de mentiras, la primera, que nunca hubo una convocatoria al diálogo como lo dijo Lorena; de igual forma sostienen que es falso que no haya manifestantes lesionadas y agredidas, lo cual lo tienen documentado, si no quieren formalizar denuncias penales es por la desconfianza a las instituciones, las mismas que las golpearon.

De haber cumplido con lo expuesto en su propio Plan Estatal de Desarrollo, jamás se hubieran colocado las barreras físicas y el día de la marcha el gobierno debió priorizar los “medios pacíficos”, como la instalación de una mesa de diálogo.

VUELA, VUELAN

Del mismo documento rector de las políticas públicas, llama poderosamente la atención lo plasmado en la página 484, dentro del Objetivo 4, respecto a “mantener al estado con comunicaciones terrestres dignas y accesibles”, y es que ahora nos enteramos que en Tlaxcala hay actividad “aeroportuaria”. 

Hablan de «dotar de factibilidad al transporte de pasajeros y de carga vía aérea en el estado«, ¡ah caray!, ¿alguien sabe cuántas aerolíneas y qué destinos salen desde Tlaxcala?, o desde cuándo el aeródromo militar de Atlangatepec se utiliza para descarga de mercancías y el traslado de civiles, bueno, a no ser que exista otro lugar de aterrizaje y despegue del cual la mayoría ignoramos.

Evidentemente estamos ante el completo desconocimiento de la infraestructura y la realidad del estado; no vaya a resultar que el PED, como el decreto de la Oficina de Atención a Periodistas, sea otro Copy Paste de un documento de otra entidad o de la federación.

Aún seguimos leyendo las 672 páginas que lo integran, en una de esas descubrimos que también tenemos puerto marítimo, igual en Atlangatepec, así la Triste Historia.