Apenas el sábado la morenista aseguró que “en su gobierno cuentan con una mujer que es su aliada, dispuesta al diálogo”

En un hecho sin precedente en la historia de Tlaxcala, el gobierno del estado que encabeza una mujer, la morenista Lorena Cuéllar Cisneros, pasó de la promesa de ser aliada de su género y de priorizar el diálogo con ellas, al uso de gas lacrimógeno, cerco al palacio y la orden para que policías varones sofocaran la protesta realizada en el zócalo capitalino.

Contrario, también, al ofrecimiento para que mujeres uniformadas estuvieran a cargo de mantener el orden, la Nueva Historia dispuso de un amplio contigente de granaderos y patrullas para arremeter contra las manifestantes.

La intervención de los uniformados estatales se dio luego de que un grupo de manifestantes arremetieron contra los improvisados muros, destrozara los cientos de metros de plástico colocado en todo el inmueble del Palacio de Gobierno, para tratar de evitar que se realizaran pintas.

En respuesta a la cerrazón, dado que al cercar la cede del poder ejecutivo se impidió cualquier diálogo con la gobernadora, el secretario de gobierno o cualquier funcionario, así como la entrega de los pliegos de peticiones que llevaban, las colectivas arremetieron contra las láminas y rejas colocadas un día antes por personal estatal.

Lejos de cualquier protocolo para contener y mantener el orden, los policías estatales utilizaron escudos, toletes, gas y extintores para dispersar la manifestación, sin importar que en su actuar agredieran a niños y niñas que iban con sus madres manifestantes, a periodistas y sociedad civil que acudió a atestiguar la protesta.

Cientos de imágenes y videos dan cuenta del abuso de la fuerza de los uniformados varones en contra de las mujeres.

Apenas el domingo en un video de 2 minutos y medio, la gobernadora Lorena Cuéllar aseguró, al referirse a las mujeres que se manifestarían este martes que “su derecho a ser escuchadas el próximo 8 de marzo está garantizado… si tocan a una mujer, nos tocan a todas”.

Aunque lanzó desde ese día la velada amenaza: “les invito a manifestarse de manera responsable y cuidando el patrimonio de los Tlaxcaltecas”. 

Para rematar aseguro que en su “gobierno cuentan con una mujer que es su aliada, dispuesta al diálogo y que trabaja a diario para hacer de Tlaxcala un lugar seguro para todas”, lo que evidentemente no ocurrió con el actuar de su policía.