Por Edgardo Cabrera

Además de la opacidad y las torpezas de la mayoría de los funcionarios, la Nueva Historia se caracteriza por gobernar a base de decretazos, es decir, sin escuchar más voces ni aceptar opiniones.

En las dos últimas semanas Lorena Cuéllar ha expedido dos de estas órdenes ejecutivas: una para crear de forma unilateral la Oficina para la Protección de Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas, y el pasado viernes uno más que modifica las medidas de prevención, contención y mitigación de los contagios por Covid-19.

El primer decreto está plagado de ilegalidades y contradicciones jurídicas, nunca se consideró hacer primero lo primero, es decir, atender reformas al marco jurídico, amén de que se ignoró lo que en estos momentos se discute en el plano nacional: la autonomía de instancias que garanticen la protección de defensores de derechos humanos y periodistas.

Por cierto, aunque apenas ocho días antes ordenó su creación, en el 29 aniversario de la CEDH, nadie, ni la gobernadora, se refirieron a la mentada oficina, poniendo en evidencia que ese tema es política-ficción. 

VAYA DESCARO

El segundo decretazo fue elaborado el viernes tras sesionar el Consejo Estatal de Salud, mediante éste se establecen nuevas medidas para supuestamente atender la pandemia y luego de que, en su lógica, que incluye sus datos, los contagios Covid vienen a la baja.

Pero al leer su mamotreto quedó en evidencia, de nuevo, que esos lineamientos son tramposos, convenientes y un riesgo, solo buscan justificar los caprichos y negocios de las próximas semanas.

El 19 de octubre pasado hicieron lo mismo, aquellos lineamientos tenían la finalidad de amparar el funcionamiento de la Villa Navideña, los convivios de fin de año de las dependencias estatales, bailes, ferias y otros tantos jolgorios.

Lo advertimos y ocurrió, el resultado fue el mayor número de contagios que se han tenido por día, hubo picos de casi mil en 24 horas, de acuerdo con las cifras federales para Tlaxcala. 

Ya con el problema encima, con tremenda incapacidad para frenarlo, con escases de pruebas, filas desbordadas para atención médica y para que los trabajadores pudieran tramitar incapacidades, la Nueva Historia reaccionó tarde, en enero y febrero las “nuevas” medidas suspendían todas las actividades consentidas en diciembre, y entre los absurdos, se empecinaron en exigir certificados de vacunación para poder acceder a lugares públicos, provocando largas filas para tramitarlos y una lluvia de amparos. Y mientras por un lado prohibieron los centros nocturnos y bares, la propia mandataria inauguró el corriente bar de la azotea del Museo de Arte. 

Ahora, otra vez, el decreto es a conveniencia, por un lado, prohíbe los carnavales en los municipios, así como los desfiles y procesiones, pero por el contrario se dan permiso para realizar el que organiza el gobierno estatal.

También palomean que los eventos deportivos y actividades en plazas de toros tengan un aforo de 100 por ciento, lo mismo que los bares al “aire libre” (como la terraza). Recordemos que la Nueva Historia trae el negocio del torneo del voleibol de playa, una de esas canchas está en la plaza de toros, otra, frente al Museo de Arte, donde arriba está el tugurio referido.

¿Qué más viene?, el jolgorio por la presentación del Plan Estatal de Desarrollo, y el ejercicio de Revocación de Mandato, reitero, todo está pensado en las conveniencias de gobierno, no en la salud de los tlaxcaltecas. Con ello nos enfilamos a una nueva ola de contagios, ya lo verán.