Por José Luis Ahuactzin

Al interior del PRI comenzó la disputa por la dirigencia estatal entre los grupos políticos que en algún momento detentaron el poder, pero que en los hechos es simulación.

Pese a que Noé Rodríguez renunció al partido político, en los hechos mantiene la estructura que él y sus afines -amigos y compadres- se encuentran en los comités municipales, mismos que ahora piden el desconocimiento de la delegada nacional Yolanda González.

La política que en su momento sirvió a intereses de dos exdirigentes, siempre fue identificada como afín al grupo político de Joaquín Cisneros, este último también cercano al marianismo.

Mientras que otros se reagrupan para arrebatar el control a González Zarur, que es representado por el actual secretario de organización  dirigente en funciones de dirigente estatal Óscar Amador; en los hechos ven su fortalecimiento por el divisionismo.

Si bien Blanca Águila, la diputada local, tiene fortaleza al interior del PRI al ser dirigente del sindicato de trabajadores de la salud, su red BAL y coordinadora de la bancada en el Poder Legislativo, su probable intención de ser candidata a la gubernatura la llevaría al fracaso.

Por el contrario, las mujeres aliadas, Águila Lima y Ávalos Zempoalteca, ganarían control ante una inminente designación de dirigente estatal por el Comité Ejecutivo Nacional representado por Alejandro Cárdenas.

Es simple, el partido político no está para imposiciones sino para rescatar desde la base a las estructuras y hasta posibles líderes comunitarios, aunque para muchos ven muerto el partido político, en los hechos es una fuerza política y para muestra hay 3 diputados locales, 2 pluris y la diputada Torrejón que ganó el distrito de Tlaxco, a la que le deben parte de dichas posiciones por la votación obtenida.

Gilberto Silva, quien ya levantó la mano para diputarse la dirigencia, forma parte del grupo de los llamados gavilanes, quienes buscan no sólo resurgir sino mantenerse vigentes, pero no sólo eso, también representa al beatricismo y nada diferente al grupo de Águila Lima, como al de Ávalos Zempoalteca.

Una carta fuerte del PRI, pues quienes saben de esos menesteres en las entrañas tricolores, no ven mal al extitular de la entonces Secretaría de Comunicaciones y Transportes, al ser un activo formado desde la tropa priísta.

Según sus estatutos, a la renuncia del dirigente tienen un plazo de 60 días para renovar dicha posición, y el plazo fenece en febrero próximo y ya veremos cómo se darán hasta con la cubeta para lograr posiciones.

Trascendidos

Qué dependencia del gobierno lorenista es la que, entre sus funcionarios designados, uno de ellos expriísta, ya no se soportan y ni en pintura quieren verse al ser los dos afines a la mandataria pero quieren el control total de la Secretaría; en la realidad uno es secretario y el otro su subordinado aunque no quiera y eso los enchila más…

Qué partido político será, en el que su presidenta, más allá de resolver las diferencias de grupos internos. piensa más en la sombra de sus amoríos del pasado, y que ventila a los cuatro vientos en cuanta reunión social de su agenda tiene, ¿sabrá algo Carlos?.

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