CHIMOLTRUFIOS
11 de enero - 2022

Por Edgardo Cabrera

La improvisación y las contradicciones, mejor dicho, el efecto “chimoltrufio”, son el sello del gobierno estatal. En menos de una semana sus directrices para frenar el crecimiento de contagios de Covid-19 terminaron en el mismo lugar donde las concibieron: en el cesto de la basura. 

Bastaron solo tres días para violar su propio decreto, por medio de un oficio el titular de la Comisión Estatal para la Protección de Riesgos Sanitarios de Tlaxcala, Francisco Jiménez, canceló la exigencia de pedir el certificado de vacunación como requisito para poder ingresar a distintos lugares, entre ellos, centros de abasto.

La violación a la disposición del Consejo Estatal de Salud la justifican por “la dificultad que tienen algunas personas para obtener su certificado de vacunación Covid-19”, es decir, la restricción la tomaron sin estudio de por medio ni análisis, lo hicieron sobre las rodillas.

Y lo mismo ocurre con el resto del pliego de buenos deseos que aprobaron la semana pasada, el límite de aforo en el transporte no se respeta, ni hay personal capaz para verificar todas las rutas, y aquello de limitar el flujo de personas en los lugares públicos es una falacia, desde el día en que entró en vigor el decreto se violó por la celebración de los Reyes Magos.

Los hechos están a la vista, la ligereza con la que el gobierno de Lorena Cuéllar tomó el riesgo de diciembre hoy quedó reflejado en sus propias cifras, de por sí maquilladas, pero ahí están, el número de contagios creció en una semana 110 por ciento, de solo 8 reportados el lunes 3 de enero, ahora fueron 88, de ese tamaño su desastre, y que no le echen la culpa solo a los ciudadanos, no me cansaré de reiterar que fueron ellos quienes propiciaron el jolgorio y las aglomeraciones.

CANTADO

En Huamantla ya está cantado el conflicto entre el ayuntamiento que encabeza Salvador Santos Cedillo, y el Sindicato “7 de Mayo”, para esta semana se anticipan paros técnicos por una hora que irán aumentado con el paso de los días, hasta la toma de la Presidencia, al menos eso fue el amago.

Recordemos que ambas partes y por separado dieron rueda de prensa la semana pasada, los del sindicato dijeron que “no habían recibido un peso” correspondiente a sus prestaciones laborales establecidos en su contrato colectivo, aunque no presentaron pruebas.

Incluso, titubearon a los cuestionamientos del monto de los adeudos, simplemente señalaron la supuesta negación del alcalde para negociar el nuevo convenio laboral que dejó firmado unos días antes de que terminara su administración Jorge Sánchez Jasso, ¡curioso!

Al ataque vino la reacción, arropado por su cabildo, el presidente Salvador Santos presentó estados de cuenta y recibos de pago, que sirvieron para desmentir los dichos de la delegada sindical Nazaria García Cerón y dejó entrever que quieren utilizar a Huamantla como bandera de lucha y de presión para otros municipios ahogados con sus demandas financieras.

Tras ser evidenciado el contrato colectivo, hubo rechazo de la opinión pública al considerar excesivos conceptos como el pago de un viaje turístico, “según la base trabajadora determine”; el pago de tres aguinaldos en un año disfrazado con otro concepto pero que se refiere a ello; chamarras, con un costo no menor a 600 pesos en su aniversario; bono de cumpleaños, y días de descanso con goce de sueldo.

Este contrato representa más de 40% del presupuesto que recibe el municipio, y van para el pago de 127 trabajadores; una bofetada para el resto de los trabajadores no sindicalizados.