EL POZO
10 de enero - 2022

Por Edgardo Cabrera

Mientras en el gobierno lorenista celebran la derrama económica y la afluencia de visitantes a la Villa Navideña, y la administración federal concedió 13 días más a Tlaxcala de semáforo verde para hacer y deshacer, la convivencia de Noche Buena ya cobró sus primeros saldos.

La confirmación de contagiados y el incremento de casos de Covid-19 empezó a subir aceleradamente, las cifras maquilladas de la Secretaría de Salud estatal pretenden minimizar la cuarta oleada, sin embargo, en los módulos de pruebas rápidas del propio gobierno, en los laboratorios privados y en las farmacias comerciales el número de positivos no coincide con el reporte oficial.

Desde la semana pasada fuimos testigos de que, por ejemplo, en el Centro de Salud Urbano de Tlaxcala en un lapso de media hora a seis personas les confirmaron el contagio y, en el colmo de las incongruencias, los mandaron con su “médico de confianza” o al hospital más cercano para recibir atención, es decir, simplemente salieron con un papelito malhecho y escrito a mano con su resultado, ese es el gobierno de la Nueva Historia y la improvisación.

Si bien dispusieron de oxígeno y pruebas gratuitas, ¿haber hasta cuándo les alcanza?, los contagiados no reciben ningún tratamiento, el que regalaba la anterior administración lo cancelaron porque consideraron que “se abusó de él”, lo cierto es que muchos salvaron la vida por esos medicamentos, ahora solamente tecitos, calditos y VapoRub es la alternativa sugerida.

CLAUSURAS 

Como seguramente saldrán los súbditos, aplaudidores y discípulos cuatroteístas a culpar al pueblo por irresponsable, lo cierto es que de nueva cuenta los gobiernos tienen gran responsabilidad, sino que la principal por ignorar las alertas internacionales y alentar las fiestas.

Cuando hablan de que lo hicieron para reactivar la economía son unos cínicos y mentirosos, lo que hicieron fue fomentar la informalidad con sus villas, ferias, bailes y vendimia en vía pública. 

Para muestra la información. Presumen la generación de 72 empleos temporales en la Villa del gobierno estatal y otros 458 directamente generados por los comerciantes, sin embargo, el último reporte del IMSS los puso en su lugar, exhibió el fracaso en la generación de trabajo estable, dio a conocer la pérdida de dos mil 192 plazas formales en diciembre, esa es su triste realidad.

En su pésima estrategia con la que propiciaron los contagios por sus actos masivos, lo que incluye el festival en el zócalo capitalino por el mentado informe de los 100 días, y su “posadita” del bienestar, ahora iniciaron la persecución de los negocios formales, esos que contribuyen a las cifras de empleos con Seguridad Social.

Las clausuras están a la orden día, y el pueblo bueno, por si fuera poco, ahora debe andar cargando su certificado de vacunación para poder ingresar a comprar su despensa o las tiendas para pagar las deudas donde se endrogaron para los regalos navideños y las cenas.

Contradictoriamente, mientras al sector comercial le aplastan el cuello con la bota de la tiranía gubernamental, en sus dependencias a las que hay que acudir a realizar trámites de inicio de año, como en Movilidad y Finanzas, o en los municipios para el pago de predial y agua, la aglomeración de personas es el pan de cada día.

Ahí no exigen los mentados certificados, y es tal la burocracia, así como su desorden, que las filas y los trámites se prolongan por horas. Tuvieron cuatro meses para mejorar sus sistemas electrónicos o para que las personas los hicieran en línea, pero no, jugaron a hacer gobierno.

Sin duda es el mundo del revés, el mismo donde la cabeza de esta administración se contagió dejando constancia de que no hicieron bien las cosas y que falló su estrategia, si es que así se le puede llamar a su pliego de bueno deseos que han emitido dentro del Consejo Estatal de Salud.