Por Edgardo Cabrera

Aunque parecen olvidarlo, el Covid-19 no respeta edad, sexo, posición social, cargo o preferencia política e ideológica, y así quedó una vez más patente cuando en los primeros minutos de este 3 de enero la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros anunció por redes sociales que dio positivo a la enfermedad.

Pronta recuperación se le desea a la mandataria, sabemos en carne propia del sufrimiento que causa y la incertidumbre que provoca este mal, pero la atención de primer nivel y tratamiento que recibe seguramente le permitirá reintegrarse en breve a sus actividades.

Desgraciadamente no todos dentro del «pueblo bueno» pueden recibir esa atención de primer nivel, otros, aunque la reciban, no viven para contarlo, dentro de la clase política recordamos al senador morenista Joel Molina; o el ex secretario de Educación Pública, el priísta Florentino Domínguez; o el petista y ex alcalde apizaquense Alex Ortiz.

A la par del anuncio de la gobernadora Lorena Cuéllar, su administración retomó y boletinó un comunicado de la Secretaría de Salud federal que oficializó la cuarta ola de contagios de la pandemia y pidió a la población, ¡ahora sí!, reforzar las medidas de prevención para prevenir los contagios de la nueva variante Ómicron.

El llamado y la alerta llegan muy tarde, ¡de nuevo!, desde diciembre especialistas advirtieron la alerta ante el incremento exponencial de la enfermedad en Europa, China y Estado Unidos, pero aquí les valió. Las posadas, bailes y convivios se promovieron desde gobierno, ahí están las “villas navideñas”, no solo en Tlaxcala, en la capital del país también hubo ríos de gente.

Ahora, a pagar las consecuencias.

3 MIL DESDE EL 19 DE DICIEMBRE 

El 1 de enero el gobierno federal reportó un total de 3 mil muertos en Tlaxcala por Covid-19, y no es solo la cifra o simple número, hablamos de familias destrozadas luego de que uno de sus miembros perdiera la vida como consecuencia de este virus que llegó a la entidad en el 2020.

En los datos del gobierno federal la entidad alcanzó los tres millares desde el 19 de diciembre y no se ha actualizado la cifra, hablamos, por tanto, de dos semanas de rezago de la estadística, al día 3 de enero el número es mayor, no sabemos qué tanto.

Como suele ocurrir, sin menoscabo de presentar cifras rezagadas y a sabiendas de que engañan a la ciudadanía, en el reporte diario de la Secretaría de Salud estatal solamente se reconocen 2 mil 851 defunciones, y 27 mil 54 casos positivos, en contraste, en la federación el registro de infectados acumulados es de 29 mil 688.

La Sesa se mantiene en sus reportes cotidianos diciendo que no hay muertos, y sin actualizar el registro de las defunciones. La ciudadanía sigue confiada, las actividades económicas, sociales y educativas se realizan sin mayor restricción, porque, además, gozamos del semáforo verde epidémico para hacer y deshacer.

Al día de hoy, según el gobierno federal, en Tlaxcala hay 78 casos activos, que luego de ver el desastre del fin de semana cuando en el transporte público interestatal se registraron sobrecupos, hacinamiento (sin medidas de sanidad), la cifra peligrosamente podría incrementarse considerando que es precisamente en esos lugares donde se tiene el mayor número de contagios.