Por Edgardo Cabrera

Si bien el coordinador parlamentario de Morena, Rubén Terán y compañía pueden presumir que arrollaron y quebraron a la oposición la semana pasada cuando pretendían llevar a voto secreto la aprobación del presupuesto, solamente se centraron en una pelea, más no en el torneo completo.

La desaparición del Fondo Moches es un hecho, sin embargo, el presupuesto que se aprobará mañana no es solo ese fondo, sino la carretada de dinero que de manera discrecional pretenden darle al Ejecutivo.

Son miles de millones de pesos, además de la chequera abierta para que 5 por ciento de los 20 mil 600 millones del presupuesto estatal, se manejen como “mejor convenga”, ya que no están etiquetados en ningún rubro. Por cierto, la iniciativa original era del 15 por ciento.

TORPE

El lunes, por cierto, en reunión de trabajo con diputados, el secretario de Finanzas, David Álvarez Ochoa no supo explicar ni justificar las razones de incrementos excesivos en algunas dependencias como la Secretaría de Gobierno, donde de un plumazo le quieren dar más de 600 por ciento para llegar a casi mil millones de pesos.

Tan desinformado está, que primero dijo que era para destinarlo a seguridad pública, cuando esas tareas competen a la Secretaría de Seguridad Ciudadana, no a la Segob, por lo que la decena de los “asesores” con los que llegó trataron de defender torpemente a su jefe.

De esa reunión, fueron más las dudas que las respuestas, tan patética fue la exposición que los propios morenistas tuvieron que agachar la cabeza porque no había ni cómo ayudar al funcionario lorenista, quien, por cierto, tendría que estar encabezando la lista de los que serán removidos ya que no es lo mismo manejar la contabilidad de una fundación, que la de todo el estado.