Por Fernando Tamayo

A escasos días de que en Tlaxcala vivamos una transición de Gobierno, la alerta en relación a los contagios motivados por la pandemia y la saturación de enfermos en los hospitales Covid será uno de los problemas que tendrá que enfrentar la nueva Administración.

Si bien es cierto la Gobernadora Electa canceló el evento masivo donde tomaría protesta con la finalidad de garantizar la salud de miles de tlaxcaltecas también debemos tener claro que la tercera ola producto del coronavirus está pegando fuerte mente a la Entidad y con ello es obligatorio tomar ciertas medidas.

Y es que el anuncio del Presidente de la República donde advierte que el regreso a las aulas no está en discusión genera una disyuntiva en la Entidad y representa la primera gran decisión del nuevo Gobierno. Vale la pena regresar a las aulas, máxime cuando los contagios de la Covid-19 ahora se reflejan en la juventud y niñez.

Nadie está en contra de que es necesario que los niños y jóvenes deben seguir su instrucción educativa, sin embargo, las mutaciones del coronavirus dan cuenta de que son, en este momento, jóvenes y niños los más vulnerables a la enfermedad y con ello ponen en jaque el regreso a las aulas.

Quien no observe qué en este momento la pandemia afecta a los más jóvenes no comprende la necesidad de tomar decisiones en beneficio de los tlaxcaltecas. Bajo esta tesitura la nueva Gobernadora tendrá que actuar en consecuencia y tomar la decisión de volver a las aulas o bien seguir en el model a distancia. Vaya recibimiento como mandataria. La decisión no es fácil u requerirá de toda la experiencia de la ex Alcaldesa capitalina.

Esperemos que Lorena Cuéllar tome la mejor decisión en beneficio de los tlaxcaltecas. Nadie está en contra del regreso a las aulas, sin embargo el garantizar que eso permita mitigar los contagios que se encuentran a la alza será la gran disyuntiva que tendrá que atender la nueva responsable de la Administración Estatal, la decisión no es fácil y marcará el rumbo de la nueva Administración. Al tiempo.

Existe más de un mandatario municipal que ha aventado el arpa a sabiendas de que su período está próximo a concluir y que los problemas en su comuna ya no son de su incumbencia. Lo anterior ha desatado un estado de ingobernabilidad en ciertas partes del Estado. Bajo esa tesitura bien valdría la pena que los responsables se comprometieran y atendieran la problemática municipal, la madeja sigue creciendo y nade pone un alto.

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