El señor Polo Díaz de 47 años de edad se dedica a la fabricación de alebrijes y piñatas desde hace 37 años en Tlaxcala, México. Aprendió de su padre, quien se dedicó a la elaboración de estas piezas durante 60 años.

 Con la pandemia del coronavirus la venta de piñatas y la comercialización de alebrijes disminuyó considerablemente. Sin embargo, don Polo comenta que las ventas comienzan a recuperarse.

«Lo que más me gusta de hacer alebrijes es que cada piezas es un nuevo reto», expresa Polo, su pasión por este oficio lo ha llevado a ganarse el reconocimiento del gobierno del estado de Tlaxcala, gracias a eso su taller de cartonería a ganado un prestigio nacional.