FLACO FAVOR
2 de julio - 2021

Por Edgardo Cabrera

Una gran mayoría de resentidos, se pasaron por el arco del triunfo el proceso que ellos mismos estipularon para elegir al ganador del premio Miguel N. Lira y, como ha sido su sello, lo echaron a perder, tal y como ocurrió con los nombramientos de magistrados, de la renovación de la CEDH, cuentas públicas y un largo étcetera.

María de Lourdes Montiel Cerón, presidenta de la Comisión Especial, la misma que en la víspera calló como momia y avaló una votación, así como calificación que mayoritariamente le otorgaba el reconocimiento a José Luis Ahuactzin se desdijo, ella sabrá, y nosotros también, quién le movió los hilos, para subir un dictamen distinto.  

Su actuación no sorprende, ha sido una constante el doble lenguaje y violar sus propias convocatorias, la historia los está juzgando ya.

COMO FLORERO

El jurado, que fue la Comisión Especial, a quien los diputados le otorgaron ese papel, analizó los expedientes y el ganador, les guste o no a los resentidos, fue José Luis Ahuactzin, así quedó consignado en esa sesión pública, más no en un acuerdo de mayoría construido como les gusta, en lo oscurito.

Queda claro que los diputados que movieron los hilos para darle el premio a quien no lo ganó están resentidos por el trabajo periodístico, sin empacho, una legisladora así nos lo confesó por la mañana del jueves, “a mí me ha pegado, ha hablado de mi, me ha criticado” -dijo-, ¡no!, nadie le ha pegado, criticado o hablado mal, fueron ustedes y sus acciones lo que los dejó mal parados ante el pueblo.

Los casos ahí están, por ejemplo, aquel que quiso ser alcalde de Zacatelco y obtuvo la ridícula cantidad de 400 votos, si su trabajo y gestión hubiesen sido buenos, seguro arrasa en las urnas.

O la otra que se dio a conocer, recién estrenada la legislatura, por cachetar a uno de sus pares en sesión del Congreso tras culparlo por filtrar unas fotografías que la evidenciaban tomando café a la hora que tendría que estar en el Pleno.

La lista de vengativos es larga, para ser precisos, los mismos que votaron en la sesión de este jueves en contra de José Luis, quienes en una u otra ocasión, por su mal desempeño fueron criticados, ni modo que se les aplaudiera por voltear un vehículo OFICIAL en la madrugada, algo que no se puede considerar como un hecho de su vida privada por la razón de dañar el patrimonio del Congreso.

Quizá, para que todos votaran a favor del dictamen original, no había que informar y cuestionar de sus sesiones fuera de la legalidad (según ellos virtualmente) y de la aprobaron de leyes que hoy enfrentan controversias ante los tribunales, cambiar a conveniencia dictámenes de cuentas públicas, asignarse un fondo moche por más de mil millones de pesos en tres años, o subirse su dieta a 105 mil pesos mensuales -tan pronto como cobraron su primer cheque como diputados-, y percibir un fondo de gestión de 85.5 millones de pesos al año, es decir, 3.4 millones para cada uno.

Sin olvidar aquel caso donde, en busca de reflectores, el legislador Víctor Castro difamó a empleados del sector salud al acusarlos de negligentes con los pacientes, lo que les valió una multitudinaria manifestación que incluyó hasta un pobre burro con el que fue comparado el diputado.

Hay premios que se otorgan, otros que se ganan.    

Flaco favor le hicieron al académico galardonado en el día del periodista.