Por Esteban García

Vale la pena poner atención a la campaña de Anabell Ávalos.

A diferencia de Lorena Cuéllar, la candidata de la coalición “Unidos por Tlaxcala” se ha dedicado a trabajar y a proponer.

En el primer mes de campaña ya recorrió los 60 municipios. Sus recorridos han sido de mucha intensidad, de toque de puertas, de escuchar a la gente, de plantear soluciones realistas a los problemas de la entidad.

Por eso su proyecto va en ascenso, porque es propositiva, porque no desperdicia su tiempo en descalificar oponentes, sino en sumar aliados.

Por eso ha crecido en las encuestas, porque ha tocado a miles de ciudadanos en sus comunidades.

Según la última medición de Massive Caller, la ex alcaldesa capitalina tiene una preferencia electoral del 36.7%, lo que la posiciona por encima de Lorena Cuéllar, quien tiene 35.6%.

Asimismo, el más reciente estudio de Arias Consultores muestra que Anabell Ávalos tiene una intención de voto del 40.6%, con lo que supera a la morenista, quien tiene 32%.

Incluso la encuesta de C&E Research muestra que, para 51% de los tlaxcaltecas, Anabell Ávalos será quien gane la contienda electoral.

El panorama electoral muestra que las tendencias favorecen a quien se ha dedicado a hacer lo que le toca: hacer campaña.

TENDENCIA NEGATIVA

Y ya que hablamos de encuestas, vale la pena revisar también los seguimientos que algunas encuestadoras han hecho a las preferencias en la entidad.  

Por ejemplo, FactoMétrica, que ha puesto desde el inicio como favorita a la candidata a la de la coalición “Juntos haremos historia”, indica que Lorena Cuéllar prácticamente ha caído 8 puntos porcentuales en los últimos cuatro meses.

En enero, empezó con 47% de las preferencias electorales, y en abril cerró con 39.1%.

Caso contrario es lo que sucede con la candidata de “Unidos por Tlaxcala”, quien creció casi 5 puntos en el cuatrimestre.

Para atacar el impacto de estas mediciones, el equipo de Lorena Cuéllar ha salido a descalificarlas, llamándolas “patito”, pero hay que recordar que todas ellas la ponían como favorita.

Y a manera de reflexión, hay que mencionar que, según el INEGI, entre 2010 y 2020, la disponibilidad de teléfonos celulares en las viviendas de Tlaxcala pasó de 54.5% a 85.0%; de internet, de 12.0% a 38.7%; y de computadoras o laptops, de 19.8% a 28.3%, mientras que las líneas telefónicas fijas descendieron de 31.7% a 28.6%.

Estos datos nos deben mover a preguntar ¿por qué en el equipo de Cuéllar quieren darle más credibilidad a las encuestas que se hacen a través de teléfono fijo y menosprecian a las que se realizan por redes sociales, cuando es evidente que las preferencias en el uso de tecnologías de comunicación han cambiado en Tlaxcala?

INCONGRUENCIAS

En boletines que le publicaron medios nacionales a inicios de abril, Lorena Cuéllar dijo que su campaña «no será igual a las otras» debido a la pandemia de Covid-19, por ello, aseguró: «juntos haremos historia y la haremos siendo responsables».

Pues bien, en menos de un mes de campaña, la morenista tuvo que recular, porque empezó con la realización de eventos masivos en los municipios.

Como recordamos, la candidata de Juntos Haremos Historia, arrancó su campaña con una transmisión desde su casa “manteniendo la sana distancia”, pero ante el escenario que la desfavorece, comenzó a improvisar su estructura territorial para demostrar músculo político, a costa de la salud de sus seguidores.

Solamente este fin de semana, en el campo de béisbol de Cuaxomulco, acarreó cerca de cuatro mil 500 personas con 43 autobuses y 39 camionetas de transporte privado. ¿Dónde quedó el discurso de ser responsables?

Y por lo visto, los recursos ya empezaron a fluir con más regularidad en su campaña, porque han servido para pagar gasto relacionados con excentricidades, como el dirigible y el globo aerostático de su primer evento público, y con despilfarros, como el reparto discreto de bolsas y sombrillas entre los ciudadanos.

Al final, la incongruencia alcanzó a la candidata de “Juntos Haremos Historia”, quien ya pasó por cuatro partidos políticos diferentes en su afán de ser gobernadora de Tlaxcala como sus abuelos. ¿Será por eso que, por las coincidencias “dinásticas”, recibió recientemente el apoyo del ex gobernador Alfonso Sánchez Anaya?.

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