OLVIDO
20 de abril - 2021

Por Edgardo Cabrera

Apenas acabó el primer debate por la gubernatura y todos los equipos de campaña se apresuraron a declararse ganadoras y ganador, ¿de qué?, ¡sino fue concurso! No hay mucho que celebrar porque tampoco hubo un contraste de ideas, existieron destellos de réplicas, pero simple y sencillamente en esa parte se centraron en la denostación.

Preocupa que aún cuando los temas centrales fueron la salud y la seguridad, a la mayoría no les ocupó mandar condolencias a las familias de las 2 mil 332 víctimas mortales del Covid-19, tampoco hubo un mensaje de solidaridad para los miles de tlaxcaltecas muertos, heridos o lastimados en sus bienes producto de la delincuencia.

Solamente ayer domingo, el día del debate, tres personas más murieron como consecuencia del SARS-CoV-2, a nadie le importó esa tragedia, para tres familias.

Tampoco hubo el compromiso de privilegiar la salud sobre la grilla, o la iniciativa de signar un pacto a favor de la salud para que no sean focos de infección las campañas políticas; y es que en su mayoría y cómo en anteriores elecciones, los actos multitudinarios son la constante, mientras que la “sana distancia” es un mito. 

Ni hablar de las cifras del coronavirus, nadie las tiene presente, menos la afectación al cuerpo médico.

CLAROSCUROS

La exposición de ideas, que fue en lo que resultó este primer ejercicio, transitó entre claoroscuros, sí hubo propuestas, pero los cómos nunca llegaron, tampoco se recurrió a la estadística o al dato duro, las cifras fueron las grandes ausentes. 

Las candidatas del PES y PISS, así como el de RSP atacaron a las punteras que encabezan ambas coaliciones, la que peor papel jugó fue Liliana Becerril, carente de pruebas en sus señalamientos, revictimización de las víctimas, y el excesivo uso de materiales gráficos la hacían trastrabillar, en lugar de darle soporte para argumentar.

Viviana Barbosa y Eréndira Jiménez dieron una excelente muestra de talento para expresar sus ideas, la primera no necesitó de acordeones o cartulinas para mostrar con lucides su postura; la segunda, dentro de su papel activista, fue coincidente con la línea de su partido que intenta desmarcarse de la izquierda y la derecha. 

Lorena Cuéllar y Anabell Ávalos fueron a cumplir con el requisito, evitaron arriesgar, cuidaron entrar en polémicas y solamente al final la priísta aprovechó el cierre de su participación para lanzar adjetivos en contra de su adversaria de la coalición Juntos Haremos Historia, algo que aprovechó la morenista para acusar ataques en su contra “ante la falta de propuesta”.

VIOLENCIA POLÍTICA

A colación de las candidatas a la gubernatura, la representante del Partido Encuentro Solidario mostró bajeza en contra de Lorena Cuéllar al exhibir la portada de una publicación de la prensa que da cuenta del brutal asesinato de su madre, Margarita Cisneros, en el año 2002.

El recordar ese hecho no tuvo ni pies ni cabeza, y sí, revictimizó a la familia Cisneros. Aún peor y más bajo fue colgarse de la desaparición de la menor Karla Romero Tezmol y de la impunidad del caso que data de hace 5 años, lapso en el que, por cierto, la candidata Liliana Becerril jamás se la ha visto hacer algo al respecto, contrario a lo que ocurre con Eréndira Jiménez de quien nos consta su activismo y lucha en ésta, y otras desapariciones. 

EN LA MIRA

El abanderado de Redes Sociales Progresistas, Juan Carlos Sánchez, está en la mira de un presunto caso de violencia política en razón de género, fue denunciado por la ciudadana Vanny Pérez Nava, y en su escrito atribuye conductas presuntamente agresivas en sus discursos de campaña, e incluso recupera dichos y conductas del candidato en contra de varias políticas, entre ellas Dulce Silva, Anabell Ávalos, Sandra Corona y Patricia Jaramillo.

Lo interesante es que ninguna de las aludidas, que serían las directamente afectadas, han promovido acciones contra Juan Carlos Sánchez, tampoco ha sido notificado el candidato de la denuncia en su contra -al menos eso dijo-, por lo que este asunto podría ser más con fines electorales que realmente para perseguir y castigar algún tipo de conducta.