Semana fundamental
13 de abril - 2021

Por Fernando Tamayo

La polémica que existe entre el Instituto Nacional Electoral y el Gobierno mexicano, ha alcanzado su fecha límite. Con la resolución del TEPJF donde mandata a los Consejeros del INE a resolver sobre las candidaturas que por motivo de la no presentación de gastos de campaña se negaron a otorgar y que en ese sentido se pronuncie en lo individual, la disputa entre el árbitro electoral y el Presidente de la República podría vivir un nuevo capítulo.

Las discrepancias entre Lorenzo Córdova y Andrés Manuel darán al traste con la validación o no de Félix Salgado Macedonio como candidato al Gobierno de Guerrero y marcarán el parteaguas entre democracia y sumisión por parte del órgano, hasta ahora autónomo, responsable de realizar y validar las elecciones.

Y es que la disputa entre INE y Gobierno federal no es poca cosa, se trata pues del futuro de la Democracia Mexicana y su permanencia después de más de 30 años de construcción.

Debemos recordar que al inicio de los años 70, fecha que comenzó la joven democracia mexicana la construcción de un árbitro electoral fuerte, autónomo e imparcial era inimaginable.

Hoy el INE es sinónimo de imparcialidad y de tranquilidad y estabilidad política de modo tal que incluso AMLO recibió su constancia de mayoría por parte de este instituto y nadie, absolutamente nadie, puso en duda la validez de la elección y de los resultados.

El problema no son las fallas que en lo particular pudieran tener los titulares de cualquier institución, lo verdaderamente lamentable es, poner en duda la importancia y la validación de las acciones de una institución tan grande e importante como lo es el INE.

El INE no es Lorenzo Córdova y sus decisiones no tienen o no deben tener que ver con las disputas ideológicas con el Presidente. La intentona de desaparición del árbitro electoral sería un retroceso sin precedentes en la Historia Moderna de México. Al tiempo

Desde la barrera

Pasadas las vacaciones de Semana Santa veremos si la pandemia no da un nuevo revés a la realidad tlaxcalteca y a los políticos que hoy parecen dejar atrás el coronavirus. La tercera ola podría modificar de nueva cuenta el día a día en nuestra Entidad y con ello influir en las campañas. Habrá que estar atentos.

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