A la antigüita
8 de abril - 2021

Por Mauricio Hernández Olaiz

Mucho se dijo que las campañas 2021 serían diferentes por la pandemia, pero la realidad nos ha mostrado que no es así. Si acaso la única diferencia sean los cubre bocas, por lo demás pan con lo mismo.

Y es que basar toda la campaña en redes sociales o medios de comunicación para evitar el contacto con la gente, en Tlaxcala, es complicado. Sería prácticamente entregar la victoria en las urnas.

Y es que según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) del 2020, solo 113 mil 825 hogares disponen de conexión a internet en Tlaxcala, lo que equivale a un muy bajo 34.2 por ciento. Aunque con el uso de teléfonos inteligentes la conectividad crece de manera importante a casi el 66% eso nos deja  a una población con acceso a internet de 524 mil personas de un total de 1,342,977 habitantes.

El padrón electoral de Tlaxcala, según el INE en noviembre de 2020, era de  958, 626 personas. De entrada se podría afirmar que entonces cerca de 435 mil electores registrados no cuentan o tienen acceso a internet, lo que significaría que si los candidatos privilegian las redes sociales un universo enorme sería totalmente ajeno a sus propuestas y promesas para ganar el sufragio.

Pero la cosa se complica aún más cuando consideramos que de los 524 mil con acceso a  internet, 217 mil se encuentran en el rango entre los 6 y los 17 años, es decir, no pueden votar. Luego entonces hablamos de que los candidatos a gobernador, en el mejor de los casos y con campañas muy llamativas, podrían llegar solo a 307 mil electores. ¿Y el resto?

Por supuesto los medios tradicionales – radio, tv, prensa escrita- potencializan el acceso a otro buen número de los votantes, sobre todo aquellos que no tienen, usan o quieren el internet, pero aun así las cifras nos muestran que los candidatos, si quieren ganar, deberán andar a pie, tocar puertas, organizar mítines,  y todo aquello de las campañas añejas y tradicionales. Con ello los discursos de la sana distancia, el cuidarnos por la pandemia se quedan solo en palabrería.

Tal vez sabedores de lo anterior, el equipo de Anabell Ávalos, desde el primer minuto, apostó por lo tradicional apoyados con la tecnología. Soportando los primeros embates de la principal competidora y la molestia ciudadana por las reuniones masivas. Entendieron que en Tlaxcala hay que hacer pie-tierra. Lo mismo hizo el resto, incluso el Ingeniero, quien había prometido formar la fuerza SAGA para boicotear los eventos masivos de las competidoras que no respetaran la sana distancia. El de las redes sociales las deja de lado para también andar campañeando rodeado de gente.

Lorena Cuéllar apostó por la soledad al inicio, con un discurso de preocupación, respeto y cuidado de la salud de los Tlaxcaltecas. En una solitaria plaza la candidata de juntos haremos historia no se cansó de repetir la importancia de la sana distancia, todo ese discurso demagogo se fue al retrete el lunes.

 Con sus globos, dirigibles y caravanas por la ciudad capital Lorena se puso el cubre bocas y se dispuso a apapachar a la gente, así es como se siente más cómoda. Entendieron que poner distancia con el electorado sería un suicidio. Lo suyo, lo suyo, es la sonrisa a modo, el abrazo hipócrita y el aparente interés en lo que le cuente la gente. Sus videos en las redes no conectan igual. Y como ya vimos no llegan a todos.

Triste pero cierto, en plena pandemia no hay de otra más que hacer campaña a la antigüita. Eso sí con harto gel, sanitizante, toallitas húmedas y cubre bocas. Aunque los especialistas afirman que todo eso ayuda poco para evitar los contagios. Solo la sana distancia garantiza un poco más el evitar a la enfermedad, pero como ya vimos eso es imposible.

Solo basta esperar tener noticias de cual equipo será el primero en reportar positivos por covid 19. Si es que lo hacen.

Hoy un voto puede costar una vida, lamentablemente. Pero es el precio que algunos no dudarán en pagar por la recompensa del poder.

@olaizmau

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