Por Fernando Tamayo

La semana pasada se dio a conocer en medio de un hermetismo sepulcral la lista de los personajes que representarán los intereses de la 4T en los comicios del próximo 6 de junio.

Las reacciones fueron de todo tipo, desde el descontento de decenas de aspirantes hasta la preocupación al interior del equipo de campaña de su candidata a la Gubernatura.

Y es que sin duda, la toma de decisiones no fue la mejor, ni en la forma ni en el fondo. El entregar a los partidos que acompañan la coalición las candidaturas de los distritos electorales más importantes podría pasarle factura al proyecto morenista en Tlaxcala.

Si bien es cierto existe amplia ventaja en las preferencias electorales a favor del partido del Presidente, también es verdad, que la encuesta válida será la del 6 de junio.

Pero más allá de la caballada flaca por lo que se hace a los nombres de los candidatos a diputados, las fracturas y molestias al interior del morenismo son cada vez más evidentes. Incluso parte de su estructura se ha mostrado inconforme en lo público.

El reto para MORENA será materializar la preferencia electoral plasmada en las encuestas, evitar el abstencionismo y generar una operación cicatriz que les permita llegar fortalecidos al día de la elección. De lo contrario los sorprendidos podrían ser ellos. Al tiempo.

Desde la barrera

A pasado un año desde que inició la pandemia producto del Coronavirus, los daños han sido enormes, desde vidas humanas, hasta menoscabo en la economía y empleo en todo el mundo. Ahora qué inicia el periodo vacacional de Semana Santa la tercera ola de infecciones podría comenzar en México en la tercera semana del mes de abril y afectar nuevamente la realidad de todos.

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