Por Edgardo Cabrera

El ruido generado por el mitin del fin de semana desvío la atención de la adhesión a la campaña de la priísta Anabell Ávalos de un grupo de personajes vinculados al senador morenista y ex gobernador José Antonio Álvarez Lima.

Ocurrió el martes y dentro de los adherentes sobresale el nombre de Reynaldo Acoltzi, nada más y nada menos se venía desempeñando como secretario particular del senador, por tanto, persona de todas sus confianzas. No hacía tareas de contestar el teléfono o tomar nota, su labor era eminentemente política.

Sabemos que desde semanas atrás ya se había integrado al equipo de confianza de Ávalos coordinando delicadas tareas de operación y despachando en una de las casas de campaña ubicada en la colonia El Alto, en Chiautempan, parte de ese trabajo se vio reflejado con el anuncio de la adhesión del grupo de otros personajes vinculados con el ex gobernador.

Y ahí están, por ejemplo, el ex magistrado del TSJE, Jerónimo Popócatl, y el ex presidente del poder Judicial, Raciel Santacruz.

A la lista se agregan, además, Hilda Rios, Felipe Badillo, Leobardo López, Raymundo Covarrubias, Fernando Moreno, Ricardo Pérez Zárate, José Cortés, Reyes Fernández, Saul Pérez Bañuelos, Andrés Mondragón, David Gálvez, Félix Conde, Artemio Nava, Alberto Cortés Romano, Lizbeth Corona, Leonardo Cuauhtle y Rebeca García.

Si alguien aún dudaba que Álvarez Lima ya había pintado su raya con Lorena Cuéllar, la sumatoria del martes lo dejó en claro, no perdamos de vista que el nexo entre el senador y Anabell data desde aquella época cuando fue gobernador y la ahora candidata se desempeñó como directora del DIF estatal, cuya presidenta era Verónica Rascón.

No solo eso, esa misma simpatía derivó en que hace cuatro años el ex gobernador rompiera con Mariano González Zarur, con quien traía una estrecha relación hasta el día en que debió definirse quién lo sucedería en el cargo, y mientras el entonces mandatario dejó en claro que su decisión había recaído en Marco Mena, Álvarez Lima insistía en Anabell.

¿QUÉ PASÓ?

A colación de la sumatoria de este martes, de manera particular también llamó la atención el nombre y la aparición del ex diputado perredista y ex simpatizante morenista, Eustolio Flores Conde, un hombre realmente de izquierda, de los pocos que sobreviven en Tlaxcala.  

Al oriundo de Contla lo conozco de años y cuando defiende su ideología siempre recurre a una modesta y desgastada carpeta donde guarda recortes de periódicos, panfletos, fotografías y hasta propaganda de aquellas décadas cuando la izquierda era perseguida por el régimen priísta.

Don Eustolio no se cansa de presumir su acompañamiento y respaldo a Andrés Manuel López Obrador, desde aquellos años de la toma de pozos y carreteras, también gusta resaltar la forma de cómo luchó ferozmente en Contla en la competencia por la alcaldía, la derrota del PRI y la llegada del PRD a la gubernatura con Alfonso Sánchez Anaya.

Por ello me llamó la atención su cambio radical… ya habrá ocasión de entrevistarlo porque la llegada de Andrés Manuel en la presidencia y el fortalecimiento de Morena como partido en el poder podría interpretarse como la consolidación de un sueño de décadas desde la izquierda, ahora está con Anabell.

VERGONZOSO 

La vacunación contra el Covid-19 llegó a la capital, y de nueva cuenta quedó en evidencia la falta de sensibilidad a las personas de la tercera edad, al igual que en otros municipios, fueron horas de filas, en la madrugada, con frío y luego en medio del calor.

Patético resulta, una vez más, que quienes cobran en el Bienestar no hayan aprendido cómo hacer una estrategia mejor donde los adultos mayores no deban sufrir al llegar en busca de una esperanza de vida, deberían aprender del exitoso caso de la Ciudad de México, con una población mucho mayor.

Pero no solo fue la vacuna, otros abuelitos debieron formarse también por horas y bajos las inclemencias del tiempo para cobrar su pensión.

A lo anterior se le suma su desastrosa estrategia de comuniciación y difusión, es claro que el cargo les quedó enorme y sus resultados son de pena ajena.