ESTANCADA Y A LA BAJA
20 de marzo - 2021

Por Iliana Navarro D 

Lorena Cuéllar no solo se estancó en las preferencias electorales, sino que ahora corre el riesgo de ir a la baja.

La reciente encuesta de Arias Consultores identificó un paupérrimo crecimiento de 0.6 puntos porcentuales, en contraste con los más de 12 puntos que creció su principal contrincante Anabell Ávalos.

Todo indica que Lorena le restó importancia al capital político de la senadora Ana Lilia Rivera y la empresaria Dulce Silva, y que ese rompimiento le va a cobrar factura. 

A ello hay que sumar las inconformidades al interior de Morena, por las imposiciones de candidatos para diputados y ayuntamientos, que están a la orden del día.

La percepción de que los lorenistas se agandallan las candidaturas está acrecentando el rechazo en contra de la ex superdelegada del bienestar.

Realmente es preocupante el escenario de Morena: sin dirigente, dividido y sin rumbo. 

DIVISIÓN MORENISTA.

Los síntomas de la fractura morenista son patentes. Y no es para menos. 

La diputada Ana Bertha Mastranzo reconoció que tanto ella como su esposo se registraron como aspirantes a la alcaldía de San Pablo del Monte por el Morena.

Dicen que ambos tienen el derecho a aspirar, y por eso presentaron cartas de intención para participar en el método de selección, pero olvidan los principios morenistas, particularmente aquel que establece que el poder no debe servir para servirse de él.  

En esa tesitura se encuentra el lorenista Sergio González, a quien acusan simpatizantes y militantes de Morena en Chiautempan de influir para que el método de la encuesta favorezca a Juan Guillermo Berruecos, ex titular de la CAPACH.

Por estos y otros casos, fundadores de Morena en Tlaxcala y aspirantes a diferentes cargos de elección popular están inconformes con las autoridades del partido, porque no ponen orden, y sobre todo, no dan muestras de transparencia. 

CRISIS PROFUNDA.

La crisis de Morena es profunda. No es de apenas, y no terminará el día de las elecciones.  

En los hechos, muchos liderazgos visibles simulan seguir el estatuto y comulgar con el componente ideológico, pero sus actos y objetivos son diferentes, lo que desalienta a la sociedad e impide la construcción del proyecto de la 4T.

Esto implica que el proceso de transformación que propala Morena está fracasando, y al final del proceso electoral, no habrá más responsable de ello que la ex superdelegada del bienestar, quien en su ambición por ser gobernadora no se ha dado cuenta que está destruyendo al partido. 

Por el contrario, figuras como Ana Lilia Rivera o Dulce Silva, pasarán la prueba como quienes levantaron la voz con calidad moral para advertir los riesgos provocados por los advenedizos, quienes han violentado los estatutos con la promesa de ganar elecciones.

El retroceso es evidente: la lucha del poder por el poder ha hecho de Morena en Tlaxcala el refugio de cuadros acostumbrados a comprar votos y condicionar programas sociales.

Los ciudadanos siguieran viendo la corrupción, pero ahora, en las siglas de Morena.

Comentarios: iliananavarro.tlax@gmail.com

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