Disyuntiva
25 de febrero - 2021

Por Mauricio Hernández Olaiz

Coincido plenamente con el aspirante a la gubernatura por la vía Independiente, Jorge Moreno. Y es que un servidor ya lo ha dicho en numerosas ocasiones, la clase política, toda, incluyendo al árbitro electoral, el status quo del poder pues, no quieren saber nada de los independientes.

Las condiciones para hacerse de una candidatura sin el respaldo de un instituto político son harto complicadas, llena de candados, peros, condicionamientos. Ya lo dice bien Moreno, es más fácil, y productivo $$$$, crear un partido político que aspirar a un puesto de elección popular por la vía solitaria.

Pese a que la aprobación en los congresos de las candidaturas independientes, por allá de los años 2011 y 2012 fue la excusa para gritar a los 4 vientos que era la primera piedra verdadera para el proceso de democratización en México, la realidad es que, desde su conformación, fue pensada para ponerle todas las trabas posibles para impedir una multiplicación exponencial de ciudadanos en la política.

Y aunque es cierto que era necesario poner algunas reglas, se pasaron de listos, pues insisto, la idea es hacer de la candidatura independiente una vía muy complicada para acceder al poder.

En la transición de un régimen político autoritario a uno democrático, la liberalización de los espacios de elección popular, es una primera etapa que se caracteriza por redefinir y ampliar los derechos de la ciudadanía, lo que constituye una vía para lograr mayor participación y libertad política, sin embargo el juego está profundamente amañado por muchos actores y el interés, no es el de profesionalizar a la política y a los espacios de elección popular, sino mantener las curules, escaños o sillas ejecutivas para los cómplices de las instituciones políticas tradicionales.

Ya lo dice el propio aspirante Moreno, la legislación actual en Tlaxcala, la cuál es casi idéntica en todo el país, establece qué, para crear un partido político se requiere el 1 por ciento de afiliados de acuerdo al padrón electoral vigente; es decir, requerirían 9 mil 232 afiliados si se toma en cuenta que hay un padrón de 923 mil 272 actualmente.

Mientras que para garantizar su registro como partido político, deberá obtener el 3 por ciento de la votación; es decir, que con 18 mil 222 votos estaría manteniendo prerrogativas, si se considera la última elección del 2018 que fueron 607 433 votos válidos.

En tanto, para ser candidato por la vía independiente para la gubernatura la legislación requiere el 3 por ciento del apoyo ciudadano de la lista nominal; es decir, deberá presentar 28 mil 290 firmas de apoyos ciudadano previamente validadas por el órgano electoral.

Las reglas son claras, tanto para él quiere competir como para entender el punto que quiero esclarecer este espacio.

Pero en estos momentos la participación real y sincera de la ciudadanía es más relevante de lo que podría parecer. Una cantidad enorme de electores decidieron apostar por un cambio en 2018. Dejaron su tradicional apoyo a Priistas y panistas, hartos de que simplemente no daban resultados. Seguían robando, mintiendo, huevoneando, lo clásico de tantos años.

Por ello decidimos darle el voto a López Obrador, hartos, verdaderamente hastiados de los políticos de siempre. Luego de dos años el resultado ha sido aún peor. Lejos de en verdad cambiar nos estamos hundiendo más.

Pero ni modo regresarles el voto a aquellos que, pese a la paliza y el mensaje contundente del 18, mantienen sus mismas mañas y enjuagues. Tampoco es refrendárselo a los del actual gobierno que han evidenciado de todo, menos la transformación prometida.

Es ahí donde figuras independientes, profesionales, comprometidas, podrían ser la opción ideal para una sociedad electoral saturada de los de siempre.

La ausencia de lo anterior nos deja en una terrible disyuntiva. O los malos de antes o los pésimos de ahora. Hay de dos sopas amigos y amigas lectores, y ninguna es claramente de nuestro agrado.

Pero eso es el México de la política, siempre ante la disyuntiva., pero ninguna opción para verdaderamente para dar el tan anhelado salto a la democratización del país.

@olaizmau

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