Por Manuel Fernández

En este tiempo electoral, nos encontramos en un momento entre la conclusión de las precampañas y el arranque de la campaña constitucional, a este punto medio se le conoce como intercampaña, pero, verdaderamente los aspirantes lo saben y a nivel de comunicación ¿lo saben ejecutar?.

Ignorantes y mal asesorados resultaron los del movimiento de la esperanza Tlaxcala, pues de la manga se sacaron sus propios procesos, pasándose por el arco del triunfo el calendario electoral, en donde poco les importó que justo en este punto, anclar mensajes con evidentes propuestas y logotipos de partido se considera un acto anticipado de campaña, más aún, si te atreves a utilizar espacios como la presidencia municipal de Tlaxcala.

Otro caso, en Apetatitlán, en donde el aspirante de este mismo grupo se denomina precandidato a Presidente Municipal por ese municipio, pero, que alguien le informe que un precandidato es aquel aspirante que se encuentra en una clara precampaña (como proceso interno de los partidos), que en el caso de Morena, ninguno de sus proyectos fueron llevados a ese terreno que concluyó el pasado 31 de enero.

Estos actos ya han sido documentados al menos por un partido político, y es que el ITE busca la equidad en la contienda electoral y aunque todos los estrategas nos encontramos en la búsqueda de posicionar y colocar en el top of mind los proyectos políticos, debemos ser extremadamente responsables con no incurrir en acciones que le resten y generen problemas a los aspirantes.

Sin lugar a dudas, la creatividad sin estrategia puede ser la muerte de una aspiración política, mucho cuidado con aquellos creativos que piensan que se puede pasar de promocionar un negocio a promover a un candidato.

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¡Hasta la próxima!

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