30 de noviembre - 2020
Para la ex superdelegada resulta más sencillo buscar la conmiseración de las familias de Tlaxcala que tomar al toro de sus malas acciones por los cuernos, solucionarlas y ya limpia de culpa participar en el proceso interno de Morena para elegir candidato a gobernador
Por Ricardo Hernández
La pregunta obligada es, ¿por qué Lorena Cuéllar se apresuró a victimizarse en un video donde se conmisera por lo que llama una campaña de denuncias inventadas?
Y la respuesta es muy sencilla. Acababa de salir de la reunión con sus contrapartes que aspiran a la candidatura a Gobernador de Tlaxcala, el líder nacional de Morena, Mario Delgado y la Secretaria General, Citlali Hernández.
Parece que no le fue muy bien a la ex superdelegada, porque tal vez imaginó que la estaría esperando un entusiasmado comité de recepción, para que en medio de la euforia y el sonido de matracas quedaran tapadas quejas, denuncias y pruebas ante la Secretaría de la Función Pública (SFP), luego de pasar los filtros de la Fiscalía General de la República (FGR).
“Nadie podrá detener la transformación de Tlaxcala”, balbucea en el video la ex super delegada, entre una iluminación que deprime y tonos rojos saturados. Sonó más a: “si le siguen rascando le van a encontrar, y si le encuentran… me les voy eh”.
Pues, ni comité de recepción ni matraqueros a su entrada en Morena. Sí en cambio una doble exhibición. Por un lado la convocatoria, así de precisa y apegada a la legalidad, y por el otro el recuento de los daños ocasionados a su paso por la superdelegación.
En lugar de aplausos hubo claridades. Hubo que ver la contundencia de Dulce Silva ante la dirigencia nacional para recordarle a Lorena Cuéllar que en el proceso interno no hay manera de sepultar expedientes que se han de desahogar ante las autoridades porque, una cosa es la función pública, bajo severas reglas de operación, y otra muy distinta, usar los programas federales para su autopromoción.
No debería Lorena perder el estilo. Tiene que encarar su responsabilidad. Tiene que solucionar los problemas que ella misma alentó, bajo el entusiasmo de aprovechar la sinergia del Gobierno Federal.
Se expuso a muchos reflectores, pero esa acción tuvo sus consecuencias legales, porque como ayer publicó El Universal, hay pruebas de estudiantes obligados a devolver 3 mil 600 pesos de las percepciones mensuales recibidas y a participar en actos de promoción de la superdelegada, amenazados de salir del programa en caso de no acceder.
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