EXPEDIENTE NEGRO
30 de noviembre - 2020

Por Edgardo Cabrera

Sin aún iniciar su proceso interno, en Morena solo una de sus tres aspirantes representa la deshonestidad, la mentira y el engaño, y así quedó de manifiesto el viernes luego de que, ante su dirigente nacional, Mario Delgado, exhibieran el expediente negro de Lorena Cuéllar.

Sin empacho, la verdad las respaldaba, Ana Lilia Rivera y Dulce Silva pusieron las cartas sobre la mesa y frente a la propia aludida, la acusaron de emprender una guerra sucia; la señalada quedó estupefacta, no atinó ni a defenderse, solo agachó la mirada.

Las pruebas son públicas, empezando por la mentira que fomentó mediante sus sicarios de la pluma y medios comprados, respecto de la supuesta encuesta que Morena estaba levantando para definir candidatos.

Ahí están las publicaciones de quienes hasta la “cuenta regresiva” llevaban, y la propaganda adelantada que realizó Cuéllar con el slogan ese de: “si te preguntan en la encuesta…”.

Según lo establecido en la convocatoria emitida el jueves, esa actitud tendría que ser sancionada y motivo de cancelarle el registro como precandidata.

Pero no solo es eso, los innumerables señalamientos por el presunto desvío de recursos públicos y la utilización del cargo para servirse ya trascendió el estado, no hay semana que algún columnista nacional o medio se ocupe de ello.

El último fue develado en El Universal donde de nuevo involucran supuestos negocios con su yerno, lo que le valió a Cuéllar salir a defenderse mediante un video mediante el cual habló de “falsas calumnias”.

Por cierto, esa grabación fue un error más en su campaña, lo hizo previo a entrar a la reunión con Mario Delgado y solamente exhibió que en ella el paso por la administración pública la mantiene en estándares nada austeros en su vida, menos al ver el interior de esa unidad con asientos de piel y valuada en algo así como 1 millón de pesos.

Un dato más. La citada grabación, también la selló con unas plecas, las mismas que utilizó en la falsa encuesta con la que engañó a militantes y ciudadanos.   

LLAMADO A MISA

Este domingo arrancó el proceso electoral, el más grande que vivirá Tlaxcala, e inició como todos los anteriores, solamente con meros llamados a misa, aunque por razones de pandemia, esos buenos deseos se hicieron a larga distancia, mediante una sesión en plataforma.

La presidenta del ITE, Elizabeth Piedras dijo lo esperado, nada nuevo, hizo un “enérgico exhorto” para evitar actos anticipados, aunque en los hechos desde hace poco más de un año existen actores políticos que andan en franca promoción y campaña.

Más que un exhorto, a estas alturas deberían existir sanciones.

También conminó a los partidos a ser garantes de la salud para evitar daños colaterales por el Covid-19, aunque no hubo condolencias por los más de mil 300 muertos en Tlaxcala a causa del coronavirus y menos de manera particular para las familias de los políticos que han muerto, se han infectado o se debaten entre la vida y la muerte.

El asunto es que el del 2021 no solo es una elección más, estamos ante el riesgo inminente de que por las calenturas y ambiciones de los políticos se ponga en riesgo a la población, su persistencia a las reuniones masivas derivará en contagios y muertos.

Lo peor de la pandemia viene, estamos ante una de las temporadas invernales más crudas y eso no será impedimento para que la lucha del poder por el poder se realice.