Por José Luis Ahuactzin

A 9 días para que inicie formalmente el PROCESO electoral local, tanto los diputados como las aspirantes a la gubernatura se están dando hasta con la cubeta.

Al viejo estilo del PRD, en el que resolvían sus asambleas con golpes y sillazos, en MORENA es la guerra mediática entre las tribus lorenistas y las silvistas está con todo.

Lo sorprendente es que Dulce Silva –en menos de 4 meses- se ha posicionado a la par de la ex delegada del Bienestar, quien lleva años soñando ser gobernadora.

Pero sus ‘estrategas’ de medios de comunicación que ambas tribus presumen exceso de experiencia, lo cierto es que dan palos de ciego y a ver a cuál le atinan en el día a día.

En el caso de Dulce Silva, esa foto en la que aparece regalando un pan a un menor, puede no solo constituir una violación a los derechos humanos del niño y hasta podría convertirse en dolor de cabeza a la aspirante por ser un tema legal.

Mientras que existe una declaratoria de emergencia por Covid-19, Dulce Silva viola la norma de seguridad sanitaria para dejarse apapachar por una menor ¡con un beso!, en plena pandemia.

Lo cierto es que aquellos memes que ridiculizaron a Dulce Silva por ese regalo del pan, posicionó su nombre en el colectivo y para aquellos que era desconocida terminó por elevarlo.  

En el caso contrario, Lorena Cuéllar apuesta a la división de los morenistas a la muerte del senador Molina, y cual buitres carroñeros andan tras los aspirantes supuestamente huérfanos.

Sus viejas estrategias de la foto y sus mensajes llenos de ‘amor’, con el adulto mayor, la ama de casa, o cuánta ocurrencia se les dé, más que comunicación, dejan evidente que su imagen va en picada.

En otro tema, ¡vaya!, cuando uno pensaba que ya lo habíamos visto todo en el Congreso, se esmeran en superar sus pifias: vuelcan autos oficiales, son trogloditas en la cocina y en lo financiero, y por si eso fuera poco, van por un aumento presupuestal de poco más del 6 por ciento, cuando el porcentaje de la inflación en el país será del 3 por ciento.

Sin embargo, y a estas alturas, ya hay casos que se salvan de convertirse en los malos ejemplos de lo que no debe ser un DIPUTADO.

Mire, quienes verdaderamente recompusieron su imagen son casos contados como el morenista Víctor Castro López, las petistas María Félix Pluma Flores y Michaelle Brito Vázquez, así como la perredista Laura Yamili Flores Lozano.

Vamos por partes, Castro López es el único que logró se aprobara la Ley de atención contra la enfermedad renal y destinarán 100 millones de pesos.

Félix Pluma Flores, que fue criticada por su labor al frente de la Mesa Directiva en el segundo año de sesiones, hoy se ha convertido en una de las diputadas  con mayor productividad legislativa.

A la par se suma Michaelle Brito Vázquez, con 10 iniciativas entre aprobadas y presentadas, pero lo que destaca es la inversión en gestión a favor del campo tlaxcalteca de la zona norte con más de 8 millones de pesos.

El impulso a la infraestructura educativa, entrega de decenas apoyos, 13.1 millones de pesos para los municipios de Tlaxco, Atlangatepec y Tetla.

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