Por Mauricio Hernández Olaiz

Tanto Lorena como Ana Lilia nos dan a conocer en redes que si nos preguntan en la encuesta ellas son la respuesta. Pero mi pregunta es ¿La respuesta de qué?

Prefiero dejar eso para más adelante si es que en realidad tiene resolución. Las tres damas que compiten por la candidatura de morena al gobierno de Tlaxcala, lo hacen utilizando todos los medios y formas a su alcance para superar a sus adversarias, incluyendo por supuesto las de índole pringoso, ya que lejos de ser aspirantes puras y castas tienen su pasado lóbrego.

Es ahí donde no me cuadra. ¿Cómo pueden ser la respuesta cuando están lejos de mostrar verdadera pulcritud republicana?

Dulce es caso aparte, pues perdóneme usted, pero política no es, aunque lo diga su Facebook. Su experiencia en los arados públicos es casi nula y controvertida, salió de la nada y sus primeros argumentos de experiencia en el ajedrez político ha sido el de que el presidente es su padrino de bodas pues está casada con un cercano al de Macuspana. Dicen que es empresaria pues su familia posee la empacadora – debo confesarles que un servidor trabajó algunos años ahí y jamás vi o escuché nada de ella, ni en el ámbito empresarial y mucho menos en el político, de hecho, jamás la conocí. Ahora por lo menos sé que le gusta el pan dulce y que aparenta lo necesario para mostrarse como un personaje comprometido con el pueblo. Pero desconozco por completo si tendrá la experiencia, los tamaños y el carácter para gobernar un estado, pues al momento, siento que votar por Dulce para la silla, en realidad, será votar por otro quien en verdad gobierne. No creo sea la respuesta.

Más campo recorrido tienen las otras dos, lo que por lo menos les ha valido transitar el arado, aunque eso sí, sembrando vientos.  Más Lorena que Ana Lilia por supuesto.

Probablemente Cuéllar tendrá más tiempo en la jugada, pero por lo mismo, más elementos para cuestionar su desempeño. Los suyos dicen que es una maravilla, la historia nos cuenta otra cosa. Tal vez si medimos y estudiamos su paso por la presidencia municipal de Tlaxcala sea el mejor parámetro para saber cómo lo haría con el estado. La respuesta, tan mentada, pues en realidad no es muy satisfactoria, solo basta hacer memoria y navegar por el túnel del tiempo que nos permite la internet para saber qué tan efectiva, o no, fue Lorena como alcaldesa, a quién por cierto ya algunos le preguntan, pues su banda ya la sentó en la silla ejecutiva, si en realidad terminaría su periodo como gobernadora. No creo sea la respuesta.

Ana Lilia Rivera, de Calpulalpan, la aguerrida, la luchadora social, delegada del EZLN, ciertamente con experiencia legislativa, la única que en realidad viene acompañando al compañero López desde las trincheras, es parte fundamental del movimiento de Regeneración Nacional en Tlaxcala. Tocó infinidad de puertas a nombre de Andrés Manuel López Obrador y aun así pocos le conocen. Sin mayor experiencia en administración pública, la senadora en funciones también es conocida por guardar fuertes resentimientos para aquellos que no le han apoyado o alabado, y baste decir que es un personaje que difícilmente perdona a cualquiera que le hubiese medianamente cuestionado, eso dificulta, enormemente, considerarla para un cargo tan relevante como el gobierno del estado. No es la respuesta

De las tres contendientes, probablemente, la que más se acerque a los ideales de campaña de López Obrador es Ana Lilia. Pero Dulce y Lorena están más cerca de los ideales actuales de López ya como presidente, los cuáles por cierto no cuadran nada.

Si te preguntan en la encuesta, ninguna es la respuesta, por lo menos para un servidor. Pero siendo realistas habrá que esperar a conocer a los candidatos de todas las fuerzas para poder responder esa pregunta que dice más que lo que aparenta. La caballada está flaca, diría el finado ex gobernador de Guerrero Rubén Figueroa, pero es lo que hay…tristemente.

@olaizmau

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