Por Edgardo Cabrera

La presencia de Lorena Cuéllar ante el titular de la Unidad de Inteligencia Financiera de la SHCP, Santiago Niego pareciera que fue con la intención de expiar culpas, más que de desahogar un asunto oficial.

La reunión ocurrió el lunes y fue el propio funcionaro federal quien la twiteó, el objetivo, escribió, fue para establecer “estrategias” para combatir la trata de personas, aunque a ciencia cierta no se sabe cómo se podrían establecer acciones conjuntas cuando la delegación del Bienestar se dedica a apoyar a los sectores vulnerables y coordinar programas sociales, mas no está en su manos la procuración de justicia ni la investigación de delitos. 

El asunto es que en días pasados la coordinadora de programas federales en Tlaxcala fue envuelta en un rumor. 

Supuestamente su yerno y ella son investigados por la UIF por enriquecimiento ilícito, amén de que de ese mismo trascendido se comentó que existen sospechas del uso faccioso del recurso federal para asignar obras al esposo de la hija de la súper delegada, entre ellas la edificación de uno de los planteles de la Universidad Benito Juárez. 

La realidad, como lo comenté desde un principio, es que de eso no hay pruebas ni un expediente público que lo compruebe, sin embargo con la asistencia de Cuéllar ante Santiago Nieto algunas incógnitas se despejan, de entrada, parece que no es cierta tal indagatoria, o bien, que ya se aclaró, ¿sino porqué posar en la foto con una presunta responsable de un hecho ilícito y promocionarlo?

ENLODADOS

La campaña de lodo pasó de los insultos, las amenazas y las fake news en redes sociales, a los atentados a infraestructura pública y privada.

Resulta que desde el fin de semana inició la destrucción de anuncios espectaculares donde se promociona una entrevista a la empresaria Dulce Silva, que le realizó la revista Mujer Ejecutiva.

El primero fue uno que se ubica a unos cuantos metros del centro comercial Gran Patio, sobre el libramiento de Tlaxcala.

A ese, le siguió otro espectacular colocado sobre la carretera federal Tlaxcala-Puebla, justo en la intersección con el mismo libramiento, en ambos parece que se utilizó una navaja o cuchillo para destrozarlos.

Evidentemente, queda claro que las agresiones están escalando y dentro de Morena no hay quién ponga orden, por el contrario, recordemos que a nivel de la cúpula nacional el canibalismo por la dirigencia está a todo lo que da.

Y es que para el caso de la aspirante a la candidatura por Morena, Dulce Silva, son precisamente sus correligionarios quienes se han dedicado a atacarla; lo mismo ocurre en el lado contrario, a Lorena Cuéllar la vapulean sus competidores por la candidatura, al igual que a los senadores Joel Molina y Ana Lilia Rivera, los agreden lorenistas.

El canibalismo no termina ahí, semanas atrás los propios morenistas vinculados con el senador Ricardo Monreal quisieron agandallarse la dirigencia estatal para imponer a Marco Castillo.

Estamos ante una guerra sin cuartel, y en caso de que no se logre el nombramiento de la dirigencia nacional, la situación podría ser aún peor, al tiempo.