Morena y AMLO, popularidad en picada
25 de septiembre - 2020

Por José Luis Ahuactzin

Morena se ha convertido en lo que el PRI, PAN y PRD son ahora: grupúsculos de poder por el poder.

El presidente López Obrador  y su Cuarta Transformación poco a poco pierden credibilidad ante la sociedad que cada vez demanda el cumplimiento de PROMESAS de campaña: no robar, no mentir, traicionar.

El último escándalo que detonó en su administración fue el ROBO que sufrió el Instituto Nacional para Devolver al Pueblo lo Robado; dicho caso generó que su popularidad y la de su partido político vayan en picada.

El Economista, diario nacional que mide su tracking poll, arrojó que es del 53.2 por ciento de aprobación y 46.4 de desaprobación.

Esto viene a colación, porque mientras el presidente busca recomponer al país, su gobierno de amigos y compadres que fueron aceptados en Morena, ahora le están dando puñaladas por la espalda.

Por ejemplo, en Tlaxcala los levantadedos de Morena, PT y el PEST, FLACO favor le generan al crecimiento de la popularidad, pero sobre todo la confianza social hacia el partido político, pues cada uno prefiere su agenda social – personal, andan en todas partes menos en lo de legislar.

Lo mismo que inauguran obras, que inauguran negocios, que recorren sus distritos -según ellos-, gestionan no se sabe qué, pero lo hacen, y nada de su labor de CREAR leyes, reformar, o mejorarlas.

Por si fuera poco, en el partido político se han conformado grupos de poder por las candidaturas, principalmente la del gobierno estatal; grupos como el de los senadores José Antonio Álvarez Lima y Joel Molina Ramírez; la empresaria Dulce Silva y su esposo y funcionario federal César Yáñez; la senadora Ana Lilia Rivera, el del ex gobernador Alfonso Sánchez Anaya y para rematar el de Lorena Cuéllar Cisneros.

Todos ellos tienen algo en común, a excepción de Ana Lilia Rivera, Dulce Silva y César Yáñez, que todos ellos fueron priístas de cepa; mientras que los ultimos dos nacieron en el PRD y Morena, respectivamente.

Es decir, que la 4T resultó ser la misma gata nada más que revolcada porque tienen los mismos vicios, las mismas prácticas, los mismos acarreos, y sólo la diferencia es que el pleito y los enemigos son entre ellos mismos.

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