DAÑOS COLATERARES
7 de septiembre - 2020

Por Edgardo Cabrera

La determinación del INE de negar el registro como partidos políticos a varias agrupaciones, y solamente darle luz verde al PES dejó malheridos a varios politiquillos en Tlaxcala que ya se afilaban las uñas y retorcian la cola rumbo al 2021.

Es el caso de Redes Sociales Progresistas. Cual presagio de su mala fortuna, las pugnas internas se multiplicaron en julio, aunque a nivel nacional desde el año pasado traían problemas.

Aquí, salió a la luz pública el pleito entre Miguel Ángel Islas Chío y el dúo de César Pérez y Gabriel Becerril que terminó con una ruptura. El quiebre estuvo adeheresado por un audio que evidenció el patético nivel de resentimiento y ambición con el que se manejaban sus “líderes” locales.

Tanto Islas Chío como su aliado, el ex diputado local Gregorio Cervantes, se desmarcaron a tiempo, antes del ridículo de la negativa del registro como partido. Ahora, veremos hacía donde se mueve ese grupo de cara al 2021

En contraste, quienes deberán rendir cuentas de sus promesas y compromisos son Pérez y Becerril, de entrada con el alcalde de Tequexquitla, Oscar Vélez a quien le vendieron la idea de hacerlo candidato a la gubernatura, tan le endulzaron el oído, que los dotó de oficinas estatales en la capital, y hasta los proveyó de unidades vehiculares para hacer sus labores.

Pero no fue el único, otros tantos incautos más cayeron en sus redes, basta escuchar la citada grabación donde Pérez se jactaba de manejar el partido y palomear las candidaturas pasándose por el arco del triunfo los procesos internos -que estarían establecidos en sus estatutos-, amén de que se relamían los bigotes para ocupar candidaturas plurinominales al congreso local y federal.

Para rematar, nos cuentan, ya traían incluso pláticas con la súperdelegada a quien le habrían ofrecido ser su plan “b” ante la creciente posibilidad de quedarse sin la candidatura a la gubernatura por Morena

LOS ROMERO

Otros que también se quedaron con las ganas, es la pareja de Leonor y Rolando Romero, quienes venían operando políticamente la agrupación del expresidente Felipe Calderón, México Libre.

La negativa del INE de darles el registro, a petición -nada menos- del presidente del instituto, Lorenzo Córdova, frustró el regreso de ambos personajes, quienes durante el sexenio presidencial del panista gozaron de tal poder que ambos, de forma simultánea, eran delegados en Tlaxcala de las poderosas y jugosa$ oficinas de la entonces Sagarpa y Sedesol.

Era bola cantada que los dos se iban a despachar con el cucharón de las candidaturas, ya se hablaba de que uno iba por la vía pluri al Congreso local, y el otro, u otra, por la misma ruta se enfilaba a la Cámara de diputados federal, amén de que había posibilidades también de ser candidatos a la gubernatura.

En el camino se quedaron también varios panistas que estaban coqueteando con los “romeros”, entre ellos al más Mintión de los diputados locales.

GOLPE AL LORENISMO

Quien también sufrió los embates del INE fue la señora Cuéllar. Aunque sus matraqueros y corifeos se congratularon por la suerte de México Libre, incluso se mofaron de quienes en Tlaxcala los apoyaban, la realidad es que con ello pretendieron ocultar su verdadero dolor.

Alcaldes en funciones me confirmaron que uno de los encantadores de serpientes de la súperdelegada, el de apellido Cánovas, los buscó para ofrecerles candidaturas por la organización Fuerza Social por México, vinculada al senador suplente morenista Pedro Haces, líder de la Confederación Autónoma de Trabajadores y Empleados de México.

No solo eso, en los corrillos políticos se dice que fue precisamente Cuéllar quien colocó como dirigente en Tlaxcala a Luis Vargas, personaje ligado a ella.

Ahora, como tantas veces lo hemos visto en política: del plato a la boca, se les cayó la sopa.