Por Mauricio Hernández Olaiz

Camina con torpeza, pero con suficiencia el del apodo de la Garra. Diputado conocido por sus excesos y terribles omisiones. Personaje con las garras sin filo. José Luis Garrido no acierta a enderezar el camino pese a los constantes señalamientos en su contra. Ocupa titulares en la prensa un día y otro también, pero lejos por querer ser diferente como la mal llamada 4T que le sentó en la curul, sino por sus hierros frecuentes, que a veces nos lleva a pensar que no solo es profano sino profundamente fofo.

Sumergido en constantes denuncias, juicios políticos, omisiones, tráfico de influencias, el torpe diputado no reflexiona, mucho menos se acongoja, como si coleccionar señalamientos, denuncias y omisiones trajeran recompensa. Liderar un partido sin rumbo, sin ideología, sin carácter y hasta sin horizonte, no le quita el sueño, lo duerme tan solo en el de los injustos, de esos que el etilo de la política nacional y del estado encumbra por momentos, dios sabe por qué. 

No se entiende, no se explica cómo el oficio político acompaña a personajes como la Garra, que no deberían tener cabida, pero que accesan por gracia divina, suerte, o pinche compadrazgo. Su partido es un lío, le tira la autoridad electoral cuanta asamblea de dizque renovación lleva a cabo. Es denunciado por malas practicas y pésimo ejercicio profesional, juicio político que sus colegas le reservan o le tapan en el congreso local. 

Le sorprenden haciendo vulgar y rastrero proselitismo en plena pandemia, entregando despensas de a 200 pesos patrocinadas por sus 100 mil pesotes de gestión, pues ni por la zozobra del covid son para poner de su propia bolsa. Quiso convertirse también en superhéroe, imprimiendo playeras de los avengers con doctor y cubre boca, un acto de piratería soez, bien pinche ordinario, en el mejor estilo de un diputado cien por ciento chabacano.

Lejos de quedar bien, le leyeron la cartilla, otra vez. Pero lo más penoso es ver aquellas gráficas en su red social con su sombrero como de Indiana revisando la cartografía estatal. Presumió su protagonismo en el lío territorial entre la Magdalena y Chiautempan, según dijo trabajando duro para resolver un conflicto, que en realidad solo avivó. Al paso de los días no solo no resolvió, sino que fue, fiel a su estilo, omiso. Ahora el INE ya lo tiene en la mira, luego de la denuncia del alcalde Pluma.

En su cuenta de Facebook se puede leer estas líneas del filósofo griego Epicuro. “No se desarrolla el coraje al ser feliz en tus relaciones todos los días. Se desarrolla el coraje al sobrevivir tiempos difíciles y desafiando la adversidad”. La adversidad este personaje no la conoce, por ello la provoca todos los días, la adversidad la encuentran sus representados, el pueblo que votó por el sin siquiera conocerlo, la adversidad es algo que le vale madre, simplemente porque no resuelve ninguna de sus obligaciones.

No puede haber ofensa más directa de alguien que presume trabajo y compromiso y es mera y pura simulación. Evidencias hay de sobra de su informalidad. Ese es mi pensar ante la inacción de un personaje que llegó al congreso por la inmadurez electoral de un pueblo que se fue con la finta del voto parejo.

Espero que para el año entrante el pueblo elector sea más responsable al elegir a los que deben ser sus representantes, para PODER  evitar que se sienten en una curul, de nueva cuenta, individuos que colaboran solo a la ingobernabilidad legislativa y a ser protagonista triste y lastimero de la peor legislatura de todos los tiempos. Para que nos sirve un diputado con Garras pero sin filo.

@olaizmau