CAUSA PERDIDA
7 de julio - 2020

Por Edgardo Cabrera

Causa perdida es el pleito por recuperar posiciones en el Congreso del estado que emprendieron una decena de diputados en contra del grupo que los despojó a finales de mayo. 

Encabezados por la diputada petista Irma Garay, alegan violencia política en razón de género y su primer revés lo sufrieron ante el Instituto Tlaxcalteca de Elecciones; el segundo ocurrió el primer día de julio cuando la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación declaró improcedente el Juicio para la Protección de los Derechos político-electorales.

Los quejosos apelaban a la facultad de atracción vía per saltum, sin embargo, en el análisis del expediente se desestimó la demanda y con ello fue desechada.

Tras el descalabro lo lógico sería apechugar el golpe y ponerse a trabajar en reconquistar posiciones por la vía política. 

Pierden de vista que entre agosto y septiembre, una vez más, habrá rapiña entre los legisladores cuando llegue el momento de renovar la presidencia de la Junta de Coordinación y Concertación Política, así como el Comité de Administración.

Los aliados de ahora, serán los rivales de mañana, ya lo verán, empezando por el diputado Garrido a quien no le cumplirán la promesa de ser el nuevo presidente de la JCCP, sino preguntenle al morenista Ramiro Vivanco quien ya se encanchó en su nuevo puesto.  

DESGARRIATE

Un verdadero desgarriate es el que priva en el ISSSTE en Tlaxcala, las pugnas políticas al interior han derivado en incertidumbre entre los derechohabientes.

Lo anterior viene a colación porque el viernes por la noche apareció una lona en la entrada del hospital general en la que se informaba de la saturación de camas para atender a pacientes con Covid-19.

El mensaje causó zozobra, se hizo viral en redes y por la madrugada del sábado desapareció; al igual que cuando fue colocada, no hubo mayor explicación de las autoridades del instituto.

Fue hasta este lunes cuando los subdirectores médicos y administrativo, respectivamente, emitieron un pronunciamiento, y eso, después de buscarlos para que informaran de la situación que guarda el hospital en materia de atención a pacientes con Covid-19.

Aseguran que el “acuerdo” fue que será mediante lonas como se comunique a los derechohabientes la saturación de camas, evidentemente ello significará que cuando llegue ese momento de nueva cuenta existirá zozobra.

PUGNAS

La realidad es que el ISSSTE padece la pugna de intereses políticos ajenos al bienestar de los pacientes, al menos existen tres bandos que se disputan el control y la toma de decisiones.

Por un lado la llegada del subdirector administrativo Abraham Landeta, proveniente de Puebla y con el respaldo de Morena en la Cámara de diputados, no fue bien recibida por varios personajes que han sentado sus reales en dicha institución, por lo que empezaron las fricciones, la más reciente, una manifestación de trabajadores que demandaban implementos médicos.

También están los afines a la coordinadora de programas federales, se trata del cuerpo directivo sobreviviente de la anterior administración y quienes han buscado protección con Cuéllar. Dichos personajes creían tener el control tras la remoción de Perla López Loyo, sin embargo, la llegada de Landeta les pegó en sus intereses.

Para rematar está el sindicato, abanderado por la priísta Blanca Águila, quien encabeza la FSTSE que también trae su propio juego político interno, amparado en la supuesta protección de los derechos de los trabajadores, en los hechos, trasciende, ya traería pláticas y acuerdos con Cuéllar.

Y mientras el desgarriate está a todo lo que da en el ISSSTE, la incertidumbre también va en ascenso ante el crecimiento en el número de contagios por Covid-19, que pone en riesgo la saturación de las 48 camas destinadas para atender a estos pacientes, de las cuales16 cuentan con ventiladores y 32 no.