Por José Luis Ahuactzin

El presidente municipal de Hueyotlipan Mauro León Garfias, del PT, no sólo se convirtió en solapador al permitir que el salón de cabildo fuera convertido en salón de fiestas por el subdelegado federal del Bienestar, Jorge Atristain Sangerman.

Prefirió callar por dos razones: el alcalde tránsfuga del PRD abandonó en el 2016 las filas porque no le dieron la candidatura a la alcaldía de la que hoy es la autoridad, por el tema de paridad de género; logró convertirse en un peón del lorenismo.

Y la segunda, porque el alcalde no ha podido resolver el conflicto social y el enfrentamiento con integrantes de su cabildo, ya que mantiene acusaciones respecto a desfalcos millonarios en sus cuentas públicas del 2017 y 2018; en el primer año de gobierno reprobó la cuenta por un daño patrimonial del 5.4 por ciento de del presupuesto recibido por 58.6 millones de pesos; y en el segundo año 17.2 millones de pesos; entonces, no le convenía hacer mayor ruido, de ahí su silencio.

¡Vaya, como una simple fotografía de un cumpleaños  destapó una cloaca municipal! 

Encuestitis

Las elecciones están a la vuelta de la esquina, como también las encuestas que están al por mayor, como cualquier producto para posicionar la imagen de aspirantes.

Lo que llama la atención es que las casas encuestadoras cierran los perfiles a una tercia: Lorena, el Zaga, y El Profe, bajo las banderas de Morena, PAN y PRI, respectivamente.

Pero qué pasa con el resto de aspirantes como Anabell Ávalos Zempoalteca, quien trae más fuerza política que el mismo Ricardo García Portilla, ex diputado federal; Noe Rodríguez Roldán, dirigente estatal del PRI; o que Florentino Domínguez, Secretario de Educación Pública.

En otros casos sí consideran a Adriana Dávila Fernández, diputada federal, pero no así a la senadora Minerva Hernández Ramos, pese a que ya fue destapada su aspiración política de manera oficial por Temoltzin Martínez, dirigente del PAN.

Estamos a 5 meses del inicio del proceso local y a un año de la la jornada electoral, y el futuro es incierto de los aspirantes, principalmente porque, por ejemplo, Lorena Cuéllar se ha encargado de dividir a Morena desde la delegación, y ser candidata ocasionará una desbandada de militantes o una simulación.

Sabrán algo los servidores de la nación despedidos y que son la estructura del partido que la llevó a ser diputada federal con licencia y delegada estatal del Bienestar.

Otro caso similar es el de Noé Rodríguez Roldán, dirigente del PRI, quien está integrando más que consejos municipales, su estructura política de campaña, como si tuviera luz verde de Alito.