Por Manuel Fernández

Ante un gobierno federal que solo genera incertidumbre y partió en dos su mensaje de esperanza, el discurso rumbo a las elecciones 2021 debe cambiar, y tendrá que ser capitalizado por la oposición; PAN y PRD deberán tejer en Tlaxcala, un mensaje similar en una misma vía de comunicación.

Y es que ante esta pandemia, en donde todo se ha transformado, casi el 50% de la población, no respalda las decisiones del ejecutivo federal y con justa razón. La clase media, la que mantiene al país avante, es justo el sector que ha sido severamente olvidado por el gobierno de morena, y en donde se encuentran la mayoría de los proyectos productivos o actividades económicas que ahora viven en incertidumbre.

El discurso tiene que cambiar, la esperanza, la marca y mensaje por excelencia de morena, ya no tiene fondo ni forma, la gente ya siente los estragos de la crisis en el bolsillo, ya siente las mentiras de un gobierno clientelar y sin visión de futuro; los análisis de opinión dictan que las personas buscan ahora en sus gobernantes -claridad y certeza-.

Es justo por eso, que la oposición en Tlaxcala y en todo el país, deberá mantener una campaña contraste poderosa, señalar los abusos del gobierno, la corrupción que sigue existiendo, pero principalmente mostrar un plan que busque, se devuelva a las personas la certeza de un país ordenado y funcionando.

PRD y PAN en Tlaxcala, deberán platicar para que desde sus estilos y a la voz de ya, homologuen una agenda común, que la gente sienta como un mensaje de empuje contra los abusos e improvisaciones del gobierno federal, muestre capacidad de convocatoria, de ideas y planes para un 2021 con claridad y certeza, porque – la esperanza no murió al último, la mató Morena –

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