31 de mayo - 2019
Por Edgardo Cabrera
Bien se los dijeron pero se les quemaban las habas por correrla e ignoraron la indicación presidencial de esperar. Como resultado, hicieron el ridículo una y otra vez con el cuento de que “ya merito se iba”.
Finalmente los tiempos llegaron y Perla López Loyo entrega hoy la delegación del ISSSTE, al igual que todos los delegados del país heredados por Peña Nieto.
Aunque hay tres propuestas, es casi un hecho que en su relevo llegaría el médico Daniel Romero López, ex priísta y ex incondicional de la líder sindical de la Secretaría de Salud, Blanca Águila, con quien se peleó desde hace años por disputas políticas y de poder en el gremio.
Romero cuenta con el respaldo tanto del senador Molina como por la coordinadora de delegaciones, Cuéllar.
RECORTES MASIVOS
Pero más allá de la grilla local, la salida de Perla no es la única ni responde a la campaña sucia que le maquinaron desde la delegación del Bienestar, forma parte de la reestructuración al sector salud ordenada por el Presidente de la República.
Según la FSTSE y su líder Joel Ayala, para este viernes 31 de mayo se espera el despido de trabajadores de dicho sector, trasciende que hasta 10 mil, muchos de los cuales llevaban años haciendo fila para acceder a una plaza laboral federal.
Se trata de médicos, enfermeras y personal administrativo los que causarán baja, como parte del plan de gobierno anunciado desde la llegada de Andrés Manuel López Obrador a la Presidencia.
Ante ello los sindicatos advirtieron que no se quedarán de brazos cruzados para proteger los derechos laborales no sólo de sus agremiados, sino del personal de confianza que estaba en vías de acceder a una base.
Y la sentencia emitida este jueves por Joel Ayala fue clara: “pido que no provoquen a los sindicatos para no caer en algo radical». No obstante esta mañana la FSTSE y su líder relevaron que de última hora les informaron que los despidos del personal se pospone hasta el 1 de julio.
Con este contexto llega hoy el presidente López Obrador a Apizaco con la apuesta de que las vivas y los aplaudidores minimicen cualquier intento de protesta por la incertidumbre laboral en el gobierno federal.
ESPALDARAZO
Mientras la virreina le apuesta al engaño de sus encuestas (cobradas a precio de oro sólido), tres ex gobernadores no se dejaron chamaquear y, por el contrario, a dos años de las elecciones solamente dos personas les dan puntos de coincidencia: los senadores Ana Lilia Rivera y Joel Molina.
Álvarez Lima y Sánchez Anaya tienen derecho de picaporte con el Ejecutivo, por algo fueron acomodados en posiciones claves de la administración federal, y dentro de Morena buscarán influir en la militancia. En tanto que Beatriz, quien siempre ha metido la mano en los procesos sucesorios, vería en Molina el único punto de coincidencia con sus ex correligionarios.
Pero también a los tres los une su desconfianza por las traiciones que han padecido de la virreina en diversas etapas políticas.
En eso de los pros, a diferencia de Ana Lilia y Joel, dentro de Morena la única que tiene sangre de “realeza” es Cuéllar, recordemos que nació en cuna de oro, y eso también es un problema ahora en tiempos de la 4T cuando se quiere dar el poder al pueblo.
Por lo pronto y más allá de las preferencias de los ex mandatarios, la verdadera prueba de fuego en el largo plazo será la reestructuración de la dirigencia estatal de Morena, la evaluación del logro de metas en los cargos que ocupan cada uno de los aspirantes, el cumplimiento a la palabra empeñada y las alianzas que logren construir y mantener con los liderazgos del pasado y del presente.