Por José Luis Ahuactzin

No cabe duda que el Presidente Andrés Manuel López Obrador, como eterno candidato presidencial -18 años-, dejó escuela entre los políticos, y pese a que las elecciones serán hasta 2021, los funcionarios estatales, alcaldes, diputados locales, federales y hasta senadores ya están en la antesala de las campañas disfrazadas o simuladas.

Recordemos que el proceso electoral del 2021 iniciará a finales del 2020; por lo que estamos hablando que serían casi dos años adelantados a las campañas para posicionarse entre los electores.

El problema es que no hay reglas claras ni piso parejo, pese a que la legislación establezca candados para realizar actos de precampañas o campañas y la autoridad electoral se lava las manos justificando que no puede investigar hechos constitutivos de infracción porque simplemente NO hay denuncias.

Observamos el derroche de recursos presupuestales desde cualquier frente de la administración pública, sin que nadie diga nada, porque el que critica es ya tachado de «conservador» o «fifi»; de plano es el enemigo del país.

Leyes a modo desde el Congreso para beneficiar a algunos cuantos, eso sí ¡primero la familia! y…  luego los pobres.

Una vez en marcha los «programas» nadie sabe nadie supo cuál es el beneficio, pero es claro esto: es cero porque los indicadores siguen igual, indicadores de pobreza, de inseguridad, de crecimiento económico, bla, bla, bla…

Así que todos los políticos andan como el «ratón loco» porque no quieren vivir fuera del presupuesto, y así los veremos día a día tomándose fotos con tantos puedan para seguir simulando, por ejemplo, este día de la mamá sin saber que se celebra porque siguen las agresiones a la mujer…