Despiden con honores a paramédico de Tequexquitla
28 de febrero - 2019

Con doble pase de lista, dan último adiós a Aldo el voluntario de Protección Civil

Por Alfredo González

Al filo de las 2 y media de la tarde del miércoles, entre muestras de solidaridad, música de mariachi, desmayos, llanto incontenible y pases de lista de sus compañeros de trabajo y grupo religiosos, el féretro que contenía los restos mortales de Aldo Hernández Calixto «el paramédico héroe», descendieron al hueco que en la tierra árida del camposanto municipal de El Carmen Tequexquitla, rascaron los panteoneros.

Lo anterior después de que alrededor de las 11 de la mañana saliera el cuerpo de la casa de sus padres que está ubicado en pleno centro de la cabecera municipal de la demarcación ubicada al otro oriente de la entidad, para recibir honores por parte de la administración que le brinó la oportunidad de servir a la comunidad, que le vio nacer hace casi 30 años.

El la plazuela de El Carmen, el coordinador estatal de Protección Civil, José Antonio Ramírez Hernández, resaltó públicamente el trabajo y compromiso de Aldo, quien para los voluntarios presentes, fue ejemplo de compañerismo, por lo que se llevó a cabo el primer pase de lista en su honor.

Luego, en medio del pulular de las sirenas de casi una decena de las ambulancias que integraron el cortejo fúnebre, el ex policía y voluntario de Protección Civil (PC) fue llevado al domicilio que en vida compartía con su esposa y sus dos menores hijos de cuatro y un año y medio de edad, los que fueron cargados en brazos por sus abuelitos para despedirse del ataúd que era cubierto por la chamarra bitono que mostraba los logos de su último trabajo.

Allí, luego de llevarse a cabo un rezo por el descanso del difunto, la viuda pidió a los presentes dejarla sola un momento con su marido, a lo que desconcertados los dolientes accedieron todos, menos su suegra, hermana y Margarito el compañero de PC de Tequexquitla, quien sostuvo y apoyó a la infortunada mujer en el difícil trance que estaba atravesando, quien pidió «una mano para cargar el ataúd» y continuar con el amargo peregrinar.

Entonces la ambulancia que habitualmente actúa para salvar vidas, que en esta ocasión sirvió de carrosa para el que era su chofer, se dirigió al templo católico que hay que destacar está en el centro de la localidad y fue insuficiente; para la homilía de cuerpo presente, que antecedió a su caminata hasta el panteón municipal que se llevó a cabo entre ráfagas de viento y polvo de tequexquite.

Ya en el lugar que es desde este día es «su última morada», familiares, amigos y compañeros de trabajo -con murmullos poco entendibles y palpando el féretro de color café- se despidieron de Hernández Calixto, siendo necesaria la intervención de los socorristas para atender a una brigadista que no soportó el dolor y se desvaneció a un costado de la cepa que serviría de tumba.

Entonces se registró uno de los momentos más dramáticos, cuando uno de sus compañeros del grupo que escenificaba la Pasión de Cristo en Tequexquitla, paso lista a cada uno de los actores de la representación, hasta que fue nombrado tres veces el nombre completo de Aldo, a quien recordaron con una frase habitual entre los aficionados al histrión de Semana Santa:

» Aldo Soldado al servicio del imperio de Roma…Aldo soldado de Teqequxquitla al servicio del imperio de Tlaxcala… Aldo soldado al servicio del cielo, donde están los cigarros chingao»,

Fue el grito seco, que activó de nueva cuenta las sirenas de las unidades de soporte vital, que esperaban pacientes a las afueras del camposanto.