Magos
27 de julio - 2018

Por Edgardo Cabrera

Una vez que el diputado perredista Alberto Amaro retomó el control de la Comisión de Finanzas y Fiscalización algo pasó, no sabemos bien a bien qué, pero pareciera un acto de magia.

Resulta que antes de su regreso al Congreso local (tras la licencia que solicitó para competir en el proceso electoral por una posición pluri) nos enteramos que existía una veintena de cuentas públicas municipales reprobadas.

De acuerdo con los informes del Órgano de Fiscalización Superior entregados a los diputados, y de los cuales nos filtraron algunos datos, solamente 40 ediles habían pasado la revisión y enfrentaban observaciones mínimas, el resto no tenían posibilidad de enmendar la plana ante la gravedad de lo detectado, entre esos casos estaban Chiautempan, Calpulalpan e Ixtenco.

Sin embargo, ¡abracadabra!, ahora nos cuentan que por arte de magia solamente existe un caso de alcalde con malas cuentas, sí, así como se lee, del resto se ignora cómo le hicieron para librar el sentido reprobatorio en el que venían los informes.

Como es de esperarse, al interior de la Comisión de Finanzas y Fiscalización negarán que existieron esos informes que ponían al filo del despeñadero a varios alcaldes que se han caracterizado por no hacer nada, despilfarrar recursos y engordar sus bolsillos.

Veremos la próxima semana como empieza la aprobación de los estados financieros correspondientes al primer ejercicio de labores de los presidentes municipales y, también, como es costumbre, el ocultamiento del detalle de las revisiones aplicadas por el OFS con el argumento de que dicha información es confidencial y no puede ser revelada.

Ahora sólo resta esperar a la próxima legislatura para ver si dejan firmes los dictámenes que se aprueben en el último mes de ejercicio de los actuales diputados o entran con la espada desenvainada para volver a revisar esas cuentas públicas.

Herencia

Todo indica que la rehabilitación de los templos que resultaron dañados por el terremoto del 19 de septiembre del año pasado quedará en manos del gobierno de Andrés Manuel López Obrador.

A escasos meses de que entregue las riendas la actual administración federal que encabeza Enrique Peña Nieto, los avances son mínimos en los trabajos de reconstrucción.

Hay casos emblemáticos que muestran lentas acciones, como en San Felipe de Jesús en Ixtacuixtla, la Parroquia de San José en la capital y el templo de San Francisco de Asís en Tepeyanco, los cuales presentaron las mayores afectaciones.

Hay otros que son de alto riesgo para los feligreses, como la basílica de Ocotlán, donde se continúan ofreciendo servicios religiosos en una estructura que pareciera atendida con simples curitas.

Por lo pronto, los detalles de los avances, inversión y acciones aplicados en los 133 templos que resultaron dañados solamente las conoce el delegado del INAH, Eduardo Emilio Velázquez, dado que no ha rendido un informe pormenorizado y solamente se sabe que una treintena ya fueron atendidos.

A un año del primer aniversario del sismo es claro que la próxima legislatura federal deberá considerar en el presupuesto de egresos de la federación recursos para el 2019 y con ello se atiendan los inmuebles.